"SERE TUS OJOS ALLI DONDE NO PUEDES VER"



10/09/2010

MITOS Y LEYENDAS SOBRE ODUDUWA.

     Narra una tradición de Benin, que Oduduwa fue un príncipe de ese pueblo cuyo nombre era Ekaladerhan y que fue confinado por su padre Owodo,el último Ogiso, título con el que se designaba a los gobernantes de Benin, nombre de un reinado enclavado en tierra nigeriana y que actualmente se denomina estado de Bendel. Ekaladerhan era hijo único de Owodo. Cuentan que, como resultado de una intriga familiar, las esposas de Owodo se reunieron con él y después de mucho discutir, lo convencieron de que según el oráculo, tenía que matar a su hijo o de lo contrario, ellas no tendrían más hijos. Se dice que el Ogiso meditó por largo tiempo; pero finalmente decidió no matar a su primogénito sino desterrarlo lejos.
      Afirman los habitantes de Benin, llamados por aquel entonces igodomigodos, que el día en que Ekaladerhan abandonó la ciudad con sus seguidores, fue un día doloroso, afligido, angustioso, un día frío, sin lluvia ni sol y que el pueblo todo se conmovió y consternó al conocer la desdicha ocurrida. Ellos, que habían albergado la esperanza de que el príncipe Ekaladerhan sucediese a su padre cuando este falleciera, sobre todo teniendo en cuenta que en aquella época ya 30 ogisos habían renunciado al poder como consecuencia de pugnas y conflictos internos, ahora veían sus planes frustrados y sufrían la mácula de un rey renegando de su hijo. Como castigo al imperdonable proceder del ogiso Owodo, el pueblo decidió destronarle.
Los que han oído esta leyenda dicen que este acontecimiento fue seguido por un largo y tormentoso período de gran inestabilidad política en el antiguo Benin. Asimismo, afirman que cuando Ekaladerhan fue expulsado por su padre arribó a Ilé-Ifé con sus acompañantes y la gente de aquel lugar los miraba con ojos extrañados y asombrados, sin poder entender la lengua que hablaban. Dicen que Ekaladerhan después de haber andado un largo tramo, seguido por un grupo de curiosos, buscó un espacio apropiado y se sentó; escudriñado aún por las miradas atónitas de quienes en aquel instante lo rodeaban y contó su triste historia en lengua bini, desconocida por los moradores de Ilé-Ifé.
       Los que después entendieron dijeron que durante su narración, Ekaladerhan explicó cómo él había sido fiel a su padre, a quien respetaba y admiraba; sin embargo, este, guiado por la intriga y la ignorancia, en un acto de injusticia y de crueldad, lo había expulsado de su reino. Añadió cómo en estas circunstancias, de príncipe había pasado a mísero vagabundo, sin gloria ni fortuna. Cuentan que de todas las palabras pronunciadas por el antiguo príncipe, la que más fijación tuvo en la mente de los pobladores de Ilé-Ifé fue Iduduwa. Siempre que se conversaba con él se le escuchaba decir esta palabra. Con el tiempo se supo que esta pertenecía a la lengua bini, cuyo significado era pesar, aflicción, remordimiento, literalmente significaba tropecé con la fortuna .Los habitantes de Ilé-Ifé interpretaron el vocablo Iduduwa como el nombre de Ekaladerhan y tergiversando su pronunciación comenzaron a llamarle Oduduwa.
Recuerda la tradición que un día llegaron a Ilé-Ifé varios mensajeros de los igodomigodos para informarle al príncipe la muerte de su padre y suplicarle que retornara a su pueblo natal con el fin de asumir el trono. En esa época Oduduwa había establecido su propio gobierno, tenía su familia y había perdido todo interés en regresar al lugar de donde lo habían expulsado, por lo que se negó rotundamente a la súplica de los enviados, quienes insistieron hablándole de la necesidad de frenar la subida y caída de ogisos unos tras otros, hablaron de los tiempos de la mala muerte y sin cosechas, de la desconfianza hecha persona apareciendo por todas partes; le prometieron que con él serían el uno para el otro y el otro para el uno, que cuidarían la unidad de Igodomigodo como a la niña de los ojos de Dios que todo lo ve.
Oduduwa parecía no escucharlos. Mientras los mensajeros hablaban él se mantuvo todo el tiempo con los ojos cerrados como inmerso en reposado sueño. De súbito y como si despertara de una larga reflexión, exclamó ¡De acuerdo! Les prometo enviar a mi hijo Oranyán y garantías doy de él sabrá gobernar tanto o mejor que yo. Entonces los mensajeros, con rostro alegre y solemne, inclinando la cabeza murmuraron: ¡Que así sea¡ ¡que así sea¡ Y continuó hablando el viejo:
         Ante todo tienen que darme una prueba de que ustedes y los que están antes y después de ustedes allá en Igodomigodo han alcanzado la cumbre de la seriedad y responsabilidad. Los mensajeros se comprometieron en nombre de ellos y de los demás. Oduduwa hizo una propuesta y cumplió, Envió 7 piojos a los jefes de aquella ciudad para que los cuidaran y retornaran a los 3 años, si es que eran capaces de conservarlos. Transcurrió el tiempo y los piojos fueron devueltos sanos, salvos, crecidos y engordados y hasta tenían mejor color.
        Oduduwa conmovido e impresionado por tal actitud terminó por concluir que un pueblo capaz de cuidar con tanta tenacidad y esmero a 7 insectos insignificantes, bien podía ser merecedor de recibir a su hijo y lo envió. Para los habitantes de Benin esta es la historia que explica que se le atribuya a Oranyán ser el fundador de aquel reinado y el considerar al rey de Ilé-Ifé como su propio y auténtico monarca. De acuerdo con esta leyenda, Oranyán llegó a Benin donde gobernó y se casó, tuvo un hijo llamado Eweka y después de habitar durante varios años el palacio de Usuma, regresó a Ilé-Ifé. Se dice que entonces Eweka ascendió al trono de Benin como Eweka 1. Esto ocurrió alrededor del 1200 d.n.e.
Entre los relatos conocidos sobre Oduduwa no falta el que lo define como una mujer. En el libro Religión of the Yorubas, de Olumide Lucas se plantea que esta fue una deidad mujer, esposa de Obatalá. Este autor llega a afirmar que es una diosa sobreviviente de una deidad del antiguo Egipto y que el nombre Oduduwa puede ser dividido en dos: Odu y Dua. La palabra Odu significa “un jefe”, un gran personaje, mientras que la palabra dua viene de la antigua palabra egipcia dua-t, que significa “el otro mundo”. Por tanto, Odu-Dua significa “el caballero del otro mundo” o la “amante del otro mundo”. El autor explica que el título de caballero del otro mundo se le aplicó primeramente a Ra y a Osiris y después a los otros dioses y diosas del otro mundo. Lo cierto es que esta versión de Oduduwa mujer es la menos creíble e inconsistente de cuantas se han dado acerca de esta figura.
          Una versión de carácter histórico nos muestra a Oduduwa también llamado Oodua u Olofin como un guerrero que se enfrenta a Obatalá, líder del pueblo Igbo, asentado en Ilé-Ifé. Se especula que Oduduwa ordenó la redacción de una Constitución para el pueblo de Ilé-Ifé y el establecimiento de un gobierno que debía estar encabezado por él. Al enterarse Obatalá de esta decisión se opuso tajantemente, alegando que él tenía tantos o más méritos que Oduduwa. Como consecuencia de las contradicciones entre ambos líderes Obatalá no tardó en alzarse en las colinas de Ifé siendo seguido por su gente. Después de larga y encarnizada contienda Obatalá fue derrotado por Oduduwa y sus hombres.
Un historiador nigeriano relata que antes de Oduduwa existían 13 grupos de aldeas en Ilé-Ifé y este pertenecía a uno de ellos. Cada aldea tenía un jefe o rey (oba) y entre estos se rotaba el gobierno.
Durante el régimen de Obatalá, Oduduwa pertenecía a un grupo que habitaba en las colinas de Oke Ora y desde ese lugar se enfrentó a él. Esta lucha duró una generación y al final se impuso el grupo de Oduduwa quien logró la victoria gracias al decisivo apoyo de una bella y hermosa mujer llamada Moremi.
Refiere una tradición que cuando el conflicto estalló entre los dos bandos, Moremi, que pertenecía a las huestes de Oduduwa y de quien se dice que fue su esposa, se preguntaba una y mil veces cuál era el secreto de los fáciles triunfos obtenidos por el enemigo. Obsesionada por esta idea cuéntese que Moremi fue al río y prometió a los dioses que si ella lograba desentrañar el secreto de Obatalá, en recompensa sacrificaría a su único hijo nombrado Oluorogbo. Según esta leyenda la bella Moremi dejóse capturar por los igbo, que eran gente de Obatalá y una vez en el campamento de estos pudo conocer en qué consistía su táctica de combate. El misterio radicaba en que los soldados obatalenses cubrían su cuerpo con hojas para hacerse pasar por espíritus, por consiguiente, siempre que los seguidores de Oduduwa veían aquellas matas vivientes caminando huían sin que nadie los pudiera detener. Hay quien cuenta que Moremi pudo conocer el secreto cuando el rey de los igbo la hizo su mujer y entonces ella se ganó la confianza del mismo. Moremi logró huir y se lo contó todo a Oduduwa. A partir del descubrimiento hecho por la heroína no hubo más desbandada y Oduduwa resultó vencedor. Moremi cumplió su promesa sacrificando a su hijo en el río Ezimirin.
Después de la victoria de Oduduwa éste se dedicó a establecer una monarquía bien organizada y unió a las 13 aldeas. Algunos investigadores afirman que después de la muerte de Oduduwa ambos grupos se unieron mediante un acuerdo en el cual la autoridad política la ejercían los seguidores de Oduduwa a través de un símbolo, la corona de Are, mientras que los fieles a Obatalá adquirieron la autoridad religiosa. A Obatalá también se le da una gran significación como artista jefe, planteándose que durante su predominio entre los igbo el título Obatalá tenía carácter supremo y fue cuando se produjo el nacimiento de las grandes obras maestras de la artesanía.
          Para Abimbola, prestigioso profesor e investigador yorùbá, Rector de la Universidad de Ilé-Ifé y autor de varias obras sobre las tradiciones y creencias de este pueblo, así como también para otros autores, Oduduwa fue quien creó el gobierno moderno y las instituciones y organizaciones que hicieron famosa a la nación yoruba. Según Abimbola, Oduduwa fue el primer Ooni u Olofi. Tuvo varias esposas entre las que se encontraban Olokun Seniade, Osara y Ojummo-Yanda. Algunos plantean que tuvo siete hijos.
El prestigioso historiador Basil Davidson en su obra A History of West Africa 1000-1800, menciona que uno de los hijos de Oduduwa se convirtió en el primer alafín de Oyó, así como en el padre del primer oba de Benin. Otro de sus hijos fue el primer onisabe de Sabe; se habla de una hija mayor de quien se dice fue madre del primer alaketu de Ketu en Dahomey, mientras otra hija dio a luz al primer olowu de Owu. Dicen que murió ciego a los 150 años.
        Mientras más hurgamos en la historia Yorubá mayores son las coincidencias en situarle una existencia real a la figura de Oduduwa. El Dr. A. Atanda en un interesante estudio sobre este tema escribió lo siguiente: “Fuera Oduduwa un emigrante o un aventurero político, su advenimiento fue un pilar en la historia del pueblo yorùbá. Ilé-Ifé alcanzó preeminencia debido a este hombre. Cualquiera que fuese su origen la tradición tiene claro que luchó por la dirigencia política en la tierra yorùbá y también tuvo que guiar al pueblo de Ifé a soportar y derrotar la agresión de algunos poderosos vecinos decididos a destruir el naciente reino. Finalmente se considera que la revolución de Oduduwa tuvo lugar a finales del siglo 9 y principios del 10. A partir de él se crearon los demás reinos e imperios yorubás.

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