Ogunda meyi fue uno de los más poderosos adivinadores tanto en el cielo como en la tierra. Se le acredita haber combinado la fuerza de Ògún y la inteligencia de Òrùnmìlá en su trabajo. Fue el quien revela la historia del segundo intento realizado por las divinidades para poblar la tierra. Obara bodi, uno de los discípulos de Òrùnmìlá, revelaría mas tarde los detalles del primer intento para poblar la tierra y de como este fue realizado.
Ògún, la divinidad del hierro y la más antigua de las divinidades creadas por dios, fue llamado también físicamente la mas fuerte de todas las 200 divinidades. Frecuentemente se hace referencia a el como el descubridor del camino, porque encabezo la segunda misión de reconocimiento del cielo a la tierra. Ogunda meyi nos dice que fue a causa de los atributos físicos de Ògún que dios lo designo a él para marcar el camino para la segunda morada en la tierra. A él se le conoce por ser egoísta y engreído y poco dado a consultar con alguien para pedir consejo. Se apoya casi exclusivamente en sus habilidades para la manufacturaron y en su fuerza física.
Esto explica porque nunca se molesto en ir a los adivinadores o en consultar a alguna otra persona cuando fue nombrado por dios para acometer la tarea de establecer una morada en la tierra. Tan pronto como recibió de dios la orden de partida, se puso en camino casi de inmediato. Dios le dio 400 hombres y mujeres para que le acompañaran en la misión. Cuando llego a la tierra comprendió de inmediato las consecuencias de no haber realizado los preparativos adecuados antes de partir del cielo.
Sus seguidores mortales pronto estuvieron hambrientos y exigieron comida. Como ellos no habían traído a la tierra alimentos de tipo alguno, el solo pudo aconsejarles que cortaran palos del bosque que los rodeaba y se los comieran. El procedimiento de alimentarse con palos no les dio satisfacción y muy pronto muchos de sus seguidores comenzaron a morir de hambre. Temeroso de perder a todos sus seguidores ante la muerte por hambre, decidió regresar al cielo para reportar misión imposible al dios todopoderoso.
Dios invita entonces a Olókun, la divinidad del agua, para que encabezara una segunda expedición a la tierra. el es igualmente orgulloso y tiene plena confianza en si mismo. También le fueron dados 200 hombres y 200 mujeres para que lo acompañaran en su misión. él no hizo consulta ni adivinación alguna con los ancianos del cielo antes de partir hacia la tierra. Al llegar allí, tampoco tuvo idea de como alimentar a sus seguidores. Solo les aconsejo que bebieran agua cuando tuvieran hambre. Como el agua no podía alimentarles con efectividad, ellos comenzaron morir de hambre. Poco después, también el regreso al cielo con sus seguidores para informar el fracaso de la misión.
Dios invita entonces a Òrùnmìlá acompañado de 200 hombres y 200 mujeres a que encontrara una morada en la tierra. Òrùnmìlá se pregunto si el podría tener éxito en una misión que había desafiado los esfuerzos de divinidades de mayor edad y fuerza como Ògún y Olókun. Dios lo persuadió de que tratara de realizar su mejor esfuerzo, porque era necesario despoblar el cielo estableciendo una morada satélite en la tierra. Su fiel sirviente, Okpele, le aconseja a Òrùnmìlá que no declinara la tarea porque con los preparativos adecuados, el estaba convencido de que el éxito le esperaba.
Con las palabras de estimulo de su favorito Okpele, Òrùnmìlá acepto embarcarse en la misión, pero le rogó a Dios que le concediera la gracia de prepararse en unos pocos días antes de partir. Òrùnmìlá se acerco a los adivinadores mas viejos del cielo para que le ayudaran en la planificación de su misión. Ellos le aseguraron que tendría éxito en establecer una vida en la tierra. Ogunda-meyi, uno de sus propios hijos, le pidió seis cawries y le aconsejo que recolectara un ejemplar de cada planta y animal comestible del cielo para la misión. Igualmente le aconsejo que entregara un macho cabrío a Ęşù y que le pidiera que fuera con el a la tierra en la misión.
Luego de haber realizado todos los sacrificios que le habían sido prescritos, fue a donde dios para obtener de este su autorización final. Antes de partir le rogó a Dios que permitiera a ule (owa en bini), la divinidad de la vivienda, venir con el. Pero dios le dijo que no era su divina intención enviar dos divinidades a la tierra a la vez, ya que preveía mandar una detrás de la otra. No obstante, dios le aseguro a Òrùnmìlá que si tenia éxito en la tierra debía enviar a su sirviente Okpele de regreso al cielo a buscar a ule (owa) para que lo ayudara. Entonces partió hacia la tierra.
Tan pronto como Òrùnmìlá se puso en marcha, Ęşù fue a decirle a Ògún que Òrùnmìlá se dirigía a la tierra por la ruta que él (Ògún) había establecido. Inmediatamente Ògún fue a bloquear el camino con un tupido bosque, no supieron entonces que hacer. Òrùnmìlá envío a la rata a buscar un camino a través del bosque. Antes de que la rata regresara, Ògún se le apareció a Òrùnmìlá y lo regaño por haberse atrevido a ir a la tierra sin informárselo a él.
Sin embargo, este le explico que el había enviado a Ęşù a decírselo y cuando Ògún recordó que había sido precisamente Ęşù quien había venido a alertarlo, rápidamente abrió el bosque para que Òrùnmìlá pudiera continuar su camino. Antes de alejarse de él, Ògún le dijo a Òrùnmìlá que la única otra obligación que le debía era la de alimentar a sus seguidores con palos como el había hecho y Òrùnmìlá prometio que así lo haría.
Mientras tanto, Ęşù también había ido a informar a Olókun que Òrùnmìlá estaba en su camino a la tierra para triunfar donde el había fallado. Olókun reacciono provocando que un ancho río bloqueara el avance de Òrùnmìlá. Cuando este llego a la orilla del río, envío un pez a buscar una vía a través del agua. Mientras esperaba el regreso del pez, Olókun se le apareció y lo regaño por haberse atrevido a embarcarse en un viaje a la tierra sin obtener su autorización.
Òrùnmìlá explico que lejos de menospreciar a Olókun el, de hecho, había enviado a Ęşù a informarlo de su misión en la tierra. Cuando Olókun se dio cuenta de que ciertamente Ęşù había venido a verle, retiro el agua para que Òrùnmìlá pudiera proseguir su viaje. No obstante, advirtió a Òrùnmìlá de que el estaba bajo obligación divina de alimentar a sus seguidores como lo había hecho el (Olókun),con agua. Òrùnmìlá prometio seguir el consejo de Olókun. Sin mas obstáculos en su camino, Òrùnmìlá prosiguió su viaje a la tierra.
A su llegada, rápidamente aconsejo a todos sus seguidores masculinos que limpiaran el monte y construyeron chozas temporales techadas con esteras (aghen). Cuando esta tarea fue cumplimentada, ellos sacaron los frutos y semillas que Òrùnmìlá había traído con el, a fin de que fueran plantados por sus seguidores en el monte que estos habían despejado.
Al atardecer, todos se retiraron a dormir en sus respectivas chozas. Ęşù, a quien se le había dado un macho cabrío antes de que el grupo partiera del cielo, se dedico a trabajar en las semillas y en los animales. Cuando despertaron al amanecer, descubrieron que todos los cultivos no solo habían germinado sino que habían producido frutos, listos para ser cosechados. Estos incluían ñame, plátano, maíz, vegetales, frutas, etc. Al mismo tiempo todo el ganado que ellos habían traído del cielo se había multiplicado de la noche a la mañana. este fue el primer milagro realizado por Òrùnmìlá en la tierra, como una manifestación directa de los sacrificios que el había realizado antes de partir del cielo.
Entonces, cuando sus seguidores pidieron comida antes de dedicarse a las tareas del día, el les dijo que cortaran palos del monte cercano para comer, como deferencia al requerimiento de Ògún. Ellos lo hicieron tal y como se les dijo. Luego que hubieron masticado los palos durante largo tiempo, les dijo que tomaran agua como Olókun le había encargado que debía hacer. La operación de atenerse a las instrucciones dadas a el por Ògún y Olókun es cumplimentada hasta el día de hoy por toda la humanidad, mediante la rutina de comenzar el día con el mascado de palos o cepillado de los dientes y el enjuague de la boca con agua.
Habiendo cumplimentado los deseos de sus mayores, Òrùnmìlá le dijo a su gente que se alimentaran de las plantas y animales que abundaban en el asentamiento. Ellos habían logrado sentar las bases para una morada permanente en la tierra. Okpele, satisfecho de que ya nada se alzaba en el camino de ellos para triunfar en la tierra, le propuso entonces a Òrùnmìlá que era tiempo que lo enviara a informar a dios que la tierra ya era suficientemente habitable para que Ule se le uniera. Òrùnmìlá estuvo de acuerdo, pero le dijo que primero debía invitar a Ęşù a que viniera a la tierra antes de solicitar que lo hiciera Ule.
Habiendo prometido que se le uniría tan pronto fuera invitado, Ęşù acepto inmediatamente acompañar a Okpele a la tierra.
Antes de arribo, Òrùnmìlá le pidió a sus seguidores que construyeran una choza para Ęşù a la entrada del asentamiento. Tan pronto como Ęşù se instalo en su vivienda, Òrùnmìlá le envío un macho cabrío. Ęşù se sintió feliz de poder alimentarse con su comida favorita que penso no estaría disponible en la tierra.
Cuando Okpele vino a comprobar si Ęşù se encontraba bien, este le dijo que le rogara a Òrùnmìlá que lo perdonara por las dificultades iniciales que le había creado antes de que partiera del cielo al incitar a Ògún y a Olókun en su contra. Òrùnmìlá lo perdono y rogó a Ęşù que se quedara en la tierra y fuera su vigía, permitiendo alimentarlo en todo su momento.
Luego de esperar en vano por el fracaso de Òrùnmìlá y su regreso al cielo junto a sus seguidores, Olókun decidió volver a la tierra y averiguar como le iba a la misión. Al llegar, se encontró con Ęşù quien le dijo que Òrùnmìlá había logrado convertir la tierra en un lugar habitable. Cuando Olókun se reunió con Òrùnmìlá, le pidió que lo perdonara por los obstáculos que le había ocasionado en un principio. Este le contesta que no-tenia nada que perdonarle porque el triunfo no ocasiona placer si no ha sido alcanzado luego de superar dificultades iniciales. Mas aun, le pidió que se quedara a vivir con el en la tierra. Olókun accedió, pero le dijo que primero tendría que ir al cielo a pedirle al padre todopoderoso que le concediera permiso para regresar a la tierra con sus seguidores. Olókun retorno al cielo y dios le concedió el permiso que solicitaba.
Cuando Oggún escucho que Olókun había partido para unirse a Òrùnmìlá en la tierra, el también decidió ir y ver las cosas por si mismo. Cuando Okpele vio salir a Ògún del cielo hacia la tierra, alerto a Òrùnmìlá quien inmediatamente instruye a sus seguidores de manera que entregaran otro macho cabrío a Ęşù para evitar un choque entre este y Ògún. Al arribar Ògún, Ęşù aun estaba comiendo su macho cabrío y se encontraba demasiado ocupado para preocuparse por el. Sencillamente le indico que continuara hasta donde vivía Òrùnmìlá. Tan pronto como Òrùnmìlá vio a Ògún, se postro ante el por ser este su hermano mayor.
Ògún respondió justificándose ante Òrùnmìlá por las dificultades que le creara al comienzo. Una vez mas, Òrùnmìlá explico que la disculpa era casi innecesaria, porque sin la presencia de ese problema, el probablemente no hubiera encontrado la vía para alimentar a sus seguidores. Òrùnmìlá convenció entonces a Ògún para que se quedara con el en la tierra, porque sin el (Ògún) era imposible que ninguna tecnología se desarrollara en la tierra. Òrùnmìlá explico que el solo sabia hacer adivinaciones, no así como inventar o manufacturar. Sintiéndose halagado, Ògún rápidamente accedió a regresar al cielo para obtener permiso de dios para regresar con sus seguidores a la tierra, lo que eventualmente hizo.
Fue a esta altura que Òrùnmìlá finalmente envío a Okpele a buscar a Ule al cielo. Cuando Okpele comunico el mensaje de Òrùnmìlá a dios, el padre todopoderoso invito inmediatamente a ule a que se dirigiera a la tierra para unirse a Òrùnmìlá. Una vez mas, fue Ęşù la primera persona que Ule visito a su llegada a la tierra. Ęşù lo envío a Òrùnmìlá a su choza. Lejos de retar a Ule como había hecho con Olókun y Ògún, Èşù rogó para que Ule siempre tuviera mayor éxito que todos sus hermanos mayores y que sin el nadie tuviera completa satisfacción en la tierra.
Ęşù procedió así porque Ule se caracterizaba por ser paciente e inofensivo. Cuando Ule se encontró con Òrùnmìlá, le ofreció sus respetos por haber hecho posible que el viniera a unírseles en la tierra.
Òrùnmìlá respondió proclamando con su instrumento de autoridad (ase) que:
1. Cualquier respeto que se le ofreciera a él, siempre se debía hacer extensivo a Ule.
2. Olókun siempre residiría en el agua a causa del río que este había utilizado para bloquear su llegada a la tierra, pero seria el distribuidor de riqueza y prosperidad al género humano;
3. Ògún siempre debería ser usado para alcanzar grandes logros pero el mismo tendría siempre que trabajar sin descanso día y noche y no disfrutaría de tranquilidad de espíritu entonces le dijo a los tres que partieran por sus distintos caminos. Estos abandonaron la habitación de Òrùnmìlá. Apenas se habían alejado de la vivienda de Òrùnmìlá cuando súbitamente Ule cayo muerto. Tan pronto como se desplomo, su cuerpo desapareció de la vista y en su lugar una constelación de edificaciones, corredores y casas de vivienda apareció en la tierra. Así, Ule se había transformado en respetables moradas para todos los habitantes presentes y futuros de la tierra.
Inmediatamente Òrùnmìlá dejo su choza de techo de estera y se fue a residir en la mejor vivienda palaciega provista para el por Ule. Ògún estaba molesto y se negó a vivir en cualquiera de las viviendas de Ule. Entonces construyo su propia choza ruinosa llamada izegede, que es donde el permanece hasta el día de hoy. Olókun también se sintió retado y se convirtió en agua para formar los océanos y ríos de la tierra. Los hombres y mujeres traídas a la tierra por Òrùnmìlá, Olókun y Ògún pronto comenzaron a casarse entre si y a multiplicarse para extenderse por los cuatro confines de la tierra. Es importante recordar que los descendientes y las subsiguientes reencarnaciones de los seguidores que originalmente vinieron a la tierra con Òrùnmìlá, Ògún, Olókun y otras divinidades, se convirtieron en los sacerdotes e hijos de estas divinidades hasta el día de hoy y hasta la eternidad. Aquellos que se apartan de los rebaños o que no tienen el privilegio de descubrir su parentesco, son los hombres y mujeres que encuentran toda clase de dificultades en la tierra.
En este punto Okpele regreso al cielo pero le dijo a Òrùnmìlá que lo buscara al cabo de un tiempo en el camino a la granja. Eventualmente el se convirtió en un árbol cuyos frutos son empleados hasta el día de hoy para preparar los instrumentos de adivinación de Okpele. El le dijo a Òrùnmìlá como usar las semillas que el produciría para la adivinación.
Blog dedicado a la Cultura y tradicion religiosa Afro-Caribeña. www.austinbotanicaileoshun.com
"SERE TUS OJOS ALLI DONDE NO PUEDES VER"
10/23/2010
ÒGÚN
Ògún es algunas veces descrito, como una divinidad primordial, y otras como una antepasado deificado, ambos conceptos, tienen el apoyo entre los yorubás, aunque parece que la tradición que lo describe como un ser primordial, es mas fuerte que la otra.
Según el mito, cuando las divinidades bajaron por primera vez a habitar la tierra, vieron una manigua, y no pudieron abrirse paso, cada una de las divinidades trataba, pero fracasaba, hasta que Ògún, contribuyó voluntariamente, y les abrió el camino con su afilado machete. Como consecuencia de ello, todas las divinidades lo aclamaron como grandioso. Los yorubás, tienen un dicho “Òrìşà ti o wipé ti Ògún kó to kan, a fowó je isu re migba aimoyé” (Cualquiera que sea la divinidad que considere a Ògún como sin trascendencia, comerá sus ñames con las manos (sin preparar, durante muchas veces) esto es para sugerir que las otras divinidades pagan el derecho de considerar a Ògún, como ellas lo hacen al pagar a Ęşù, en realidad, actualmente, se llama Osímalé, principal entre la divinidades.
Debido a que Ògún está asociado con la limpieza del camino, o la elevación de las barreras, los Yorubá sostienen la creencia de que cuando un camino no está claro, o cuando uno encuentra dificultades, la apelación debe ser hecha a Ògún, para que ayude a hacer el camino fácil, de la misma manera que él lo hizo para las divinidades, a principios de la creación. También se cree, que él es capaz de suministrar prosperidad a sus devotos, por lo que entre otros apodos, a él se le llama Onilé owo, Oloná elá kangúnkangún odé orún (El dueño de la casa del dinero, El dueño de la casa de los ricos, El dueño de las innumerables casas del cielo).
Otra tradición sostiene, un origen terrestre para Ògún. Se dice que él es hijo de Odùdúwà, (Odùdúwà, en la tradición yorùbá, tiene una numerosa cantidad de hijos), y que era un poderoso guerrero que ayudó a su padre, a luchar contra muchos de sus enemigos, (incluyendo a Ọbàtálá).
La tradición añade, que en agradecimiento, a las victorias de Ògún, Odùdúwà le dio la autoridad de ir a gobernar a Iré, y hoy día se le llama Ògún – Oniré. Debemos señalar que en otros lugares de Yorùbalándia, por ejemplo, en Ilesá y Ondo, donde la adoración a Ògún se le da importancia, luchan por este derecho con Iré, y dicen desdeñosamente, que Iré no es el hogar de Ògún, que a él solo e le llamó allí para que bebiera vino de palma en una de sus campañas de guerra.
El actual rey de Iré, (Oliré de Iré) afirma tener su origen en Ògún, y por lo tanto de Odùdúwà. Personalmente ha confirmado que Ògún fue el primer rey de Iré, y que una vez que Ògún regresaba de una de sus feroces batallas, el se acercó a un grupo de personas de Iré, en Ajó Oriki (un grupo donde el saludo estaba prohibido), y Ògún se sorprendió al ver que nadie de las personas lo saludó. Con su machete el tocó los pequeños barriles de vino de palma, parado en el centro del grupo, pero se desalentó al descubrir que estaban vacíos (Normalmente, cuando los pequeños barriles se han vaciado, e colocan boca abajo). El enfurecido Ògún, comenzó a degollar a las personas, aún sus propios súbditos e hijos, destruyendo totalmente a un gran grupo, antes de que él volviera en si. Percatándose de su acto sangriento, decidió ponerle fin a su carnicería de una forma dramática. Clavó su espada en la tierra, se sentó sobre ella, y comenzó a hundirse lentamente en lo profundo de la tierra; pero antes que desapareciera totalmente, se aseguró y prometió, a las personas que siempre que lo necesitaran, podrían llamarlo. Y el pueblo de Iré afirma, que ellos lo han llamado al aproximarse lo enemigos, y él no los ha abandonado.
Hoy día en Iré, el sacerdote principal de Ògún, vive permanentemente en un lugar idéntico, a donde se cree que Ògún, se fue a lo profundo de la tierra. Según la tradición el Oliré de Iré, y él no deben encontrarse cara a cara, pero el rey afirma que envía ofrendas periódicas al sacerdote principal, para la adoración de Ògún.
De esta forma, Ògún fue de las primeras divinidades, y fue útil para ellos. Al mismo tiempo, existe la tradición verbal, la cual afirma, que el realmente reinó sobre el territorio de Yorùbalándia. ¿Pero que es lo significativo de Ògún en la creencia yorùbá?. Se cree que el es la divinidad del hierro, y la guerra, pre – eminentemente, es la deidad del ángel de la guardia de los cazadores, los herreros, los orfebres, los barberos, los carniceros, y (en los tiempos modernos), los mecánicos, los camioneros, los taxistas, todos los que trabajan con hierro y acero. Ningún cazador yorùbá, va a una expedición, de caza, sin pagarle el derecho a Ògún, ningún soldado va a la guerra, sin ofrecer el sacrificio apropiado a la divinidad; ningún camionero se considera seguro, hasta que él no le hace la ofrenda a Ògún, y ningún herrero se siente cómodo, hasta que no paga el homenaje a Ògún. Todos estos trabajadores del hierro y el acero, buscan a Ògún para su protección contra los accidentes, y para la ayuda en el trabajo. Se cree que Ògún tiene el machete, para aclarar y abrir la puerta del bienestar, la salud y la prosperidad, y si él es menospreciado, puede causar accidentes desastrosos y batallas sangrientas. Para evitar tales batallas, se le hacen ofertas para aplacar a Ògún, por parte de los yorubás. De esta forma, Ògún se ve como el símbolo de lo superior, conquistador numero uno. Este es un concepto que es Universal, pero detrás de este concepto, puede haber un ser humano. Por ejemplo, los Romanos tienen a Marte, como su Dios de la guerra, mientras los Griegos tienen a Apolo como su rey de la caza y la persecución.
También se cree que Ògún, significa justicia absoluta, y por ello es que se llama como testigo, de un convenio o pacto entre dos personas, o grupo de personas. En la actualidad, cuando un yorùbá, es adicto a la religión tradicional, se trae al campo de la ley, y se le hace jurar por Ògún (representado por un pedazo de hierro), en lugar de la Biblia o el Corán, esto se hace, besando la pieza de hierro, mientras declara: Juro la verdad, toda la verdad, y nada mas que la verdad. Los yorubás, creen muy fuertemente, que nadie que jure falsamente o que rompa el convenio, del cual Ògún es testigo, puede escapar del juicio severo con resultado de accidentes espantosos.
Los lugares sagrados de Ògún, usualmente se ubican, al aire libre, al pie de algunos árboles sagrados, (Ej: Peregún, Akókó, Atorí e Iyeyé), por el lado de un muro o pared, y en una fragua o herrería. Los símbolos incluyen piezas de hierro, machetes o armas de fuego, y el popular traje de Ògún. Mariwo (la hoja de la palma).
Las ofrendas que se le hacen a Ògún, incluyen: Aceite de palma, vino de palma (aguardiente), perros, serpientes, carneros, ñames asados y jicotea. Los seres humanos, se ofrecían antes de la abolición del sacrificio humano.
Según el mito, cuando las divinidades bajaron por primera vez a habitar la tierra, vieron una manigua, y no pudieron abrirse paso, cada una de las divinidades trataba, pero fracasaba, hasta que Ògún, contribuyó voluntariamente, y les abrió el camino con su afilado machete. Como consecuencia de ello, todas las divinidades lo aclamaron como grandioso. Los yorubás, tienen un dicho “Òrìşà ti o wipé ti Ògún kó to kan, a fowó je isu re migba aimoyé” (Cualquiera que sea la divinidad que considere a Ògún como sin trascendencia, comerá sus ñames con las manos (sin preparar, durante muchas veces) esto es para sugerir que las otras divinidades pagan el derecho de considerar a Ògún, como ellas lo hacen al pagar a Ęşù, en realidad, actualmente, se llama Osímalé, principal entre la divinidades.
Debido a que Ògún está asociado con la limpieza del camino, o la elevación de las barreras, los Yorubá sostienen la creencia de que cuando un camino no está claro, o cuando uno encuentra dificultades, la apelación debe ser hecha a Ògún, para que ayude a hacer el camino fácil, de la misma manera que él lo hizo para las divinidades, a principios de la creación. También se cree, que él es capaz de suministrar prosperidad a sus devotos, por lo que entre otros apodos, a él se le llama Onilé owo, Oloná elá kangúnkangún odé orún (El dueño de la casa del dinero, El dueño de la casa de los ricos, El dueño de las innumerables casas del cielo).
Otra tradición sostiene, un origen terrestre para Ògún. Se dice que él es hijo de Odùdúwà, (Odùdúwà, en la tradición yorùbá, tiene una numerosa cantidad de hijos), y que era un poderoso guerrero que ayudó a su padre, a luchar contra muchos de sus enemigos, (incluyendo a Ọbàtálá).
La tradición añade, que en agradecimiento, a las victorias de Ògún, Odùdúwà le dio la autoridad de ir a gobernar a Iré, y hoy día se le llama Ògún – Oniré. Debemos señalar que en otros lugares de Yorùbalándia, por ejemplo, en Ilesá y Ondo, donde la adoración a Ògún se le da importancia, luchan por este derecho con Iré, y dicen desdeñosamente, que Iré no es el hogar de Ògún, que a él solo e le llamó allí para que bebiera vino de palma en una de sus campañas de guerra.
El actual rey de Iré, (Oliré de Iré) afirma tener su origen en Ògún, y por lo tanto de Odùdúwà. Personalmente ha confirmado que Ògún fue el primer rey de Iré, y que una vez que Ògún regresaba de una de sus feroces batallas, el se acercó a un grupo de personas de Iré, en Ajó Oriki (un grupo donde el saludo estaba prohibido), y Ògún se sorprendió al ver que nadie de las personas lo saludó. Con su machete el tocó los pequeños barriles de vino de palma, parado en el centro del grupo, pero se desalentó al descubrir que estaban vacíos (Normalmente, cuando los pequeños barriles se han vaciado, e colocan boca abajo). El enfurecido Ògún, comenzó a degollar a las personas, aún sus propios súbditos e hijos, destruyendo totalmente a un gran grupo, antes de que él volviera en si. Percatándose de su acto sangriento, decidió ponerle fin a su carnicería de una forma dramática. Clavó su espada en la tierra, se sentó sobre ella, y comenzó a hundirse lentamente en lo profundo de la tierra; pero antes que desapareciera totalmente, se aseguró y prometió, a las personas que siempre que lo necesitaran, podrían llamarlo. Y el pueblo de Iré afirma, que ellos lo han llamado al aproximarse lo enemigos, y él no los ha abandonado.
Hoy día en Iré, el sacerdote principal de Ògún, vive permanentemente en un lugar idéntico, a donde se cree que Ògún, se fue a lo profundo de la tierra. Según la tradición el Oliré de Iré, y él no deben encontrarse cara a cara, pero el rey afirma que envía ofrendas periódicas al sacerdote principal, para la adoración de Ògún.
De esta forma, Ògún fue de las primeras divinidades, y fue útil para ellos. Al mismo tiempo, existe la tradición verbal, la cual afirma, que el realmente reinó sobre el territorio de Yorùbalándia. ¿Pero que es lo significativo de Ògún en la creencia yorùbá?. Se cree que el es la divinidad del hierro, y la guerra, pre – eminentemente, es la deidad del ángel de la guardia de los cazadores, los herreros, los orfebres, los barberos, los carniceros, y (en los tiempos modernos), los mecánicos, los camioneros, los taxistas, todos los que trabajan con hierro y acero. Ningún cazador yorùbá, va a una expedición, de caza, sin pagarle el derecho a Ògún, ningún soldado va a la guerra, sin ofrecer el sacrificio apropiado a la divinidad; ningún camionero se considera seguro, hasta que él no le hace la ofrenda a Ògún, y ningún herrero se siente cómodo, hasta que no paga el homenaje a Ògún. Todos estos trabajadores del hierro y el acero, buscan a Ògún para su protección contra los accidentes, y para la ayuda en el trabajo. Se cree que Ògún tiene el machete, para aclarar y abrir la puerta del bienestar, la salud y la prosperidad, y si él es menospreciado, puede causar accidentes desastrosos y batallas sangrientas. Para evitar tales batallas, se le hacen ofertas para aplacar a Ògún, por parte de los yorubás. De esta forma, Ògún se ve como el símbolo de lo superior, conquistador numero uno. Este es un concepto que es Universal, pero detrás de este concepto, puede haber un ser humano. Por ejemplo, los Romanos tienen a Marte, como su Dios de la guerra, mientras los Griegos tienen a Apolo como su rey de la caza y la persecución.
También se cree que Ògún, significa justicia absoluta, y por ello es que se llama como testigo, de un convenio o pacto entre dos personas, o grupo de personas. En la actualidad, cuando un yorùbá, es adicto a la religión tradicional, se trae al campo de la ley, y se le hace jurar por Ògún (representado por un pedazo de hierro), en lugar de la Biblia o el Corán, esto se hace, besando la pieza de hierro, mientras declara: Juro la verdad, toda la verdad, y nada mas que la verdad. Los yorubás, creen muy fuertemente, que nadie que jure falsamente o que rompa el convenio, del cual Ògún es testigo, puede escapar del juicio severo con resultado de accidentes espantosos.
Los lugares sagrados de Ògún, usualmente se ubican, al aire libre, al pie de algunos árboles sagrados, (Ej: Peregún, Akókó, Atorí e Iyeyé), por el lado de un muro o pared, y en una fragua o herrería. Los símbolos incluyen piezas de hierro, machetes o armas de fuego, y el popular traje de Ògún. Mariwo (la hoja de la palma).
Las ofrendas que se le hacen a Ògún, incluyen: Aceite de palma, vino de palma (aguardiente), perros, serpientes, carneros, ñames asados y jicotea. Los seres humanos, se ofrecían antes de la abolición del sacrificio humano.
10/20/2010
Ęşù
Ęşù es una de las divinidades fundamentales, y muy prominente en la mitología yorùbá. Lo hemos visto en relación con Òrùnmìlá, a quien él le enseño el oráculo de Ifá, un medio de adivinación de los deseos de las divinidades, así como la búsqueda de una guía espiritual.
De acuerdo con la tradición popular, si el fue el instructor de Òrùnmìlá, se diría que fue su contemporáneo, y por tanto una de las divinidades principales, sería un error por tanto como hizo Bascom, sugerir que Ęşù fue la mas joven de las divinidades.
Es muy difícil para un observador casual de la religión yorùbá, comprender a Ęşù, y su lugar en las creencias yorùbás. Ęşù, no es el diablo, del concepto cristiano, ni el Shaitan de la fe musulmana.
El Diablo o el Shaitan, según estas creencias, es completamente malo, pero esto no es así con Ęşù en las creencias yorùbás. Además, debemos acentuar, que no existe dualismo en la religión yorùbá, en la manera en que Dennett describió a Ęşù, como el “Ser de la obscuridad, mientras Ifá, es el ser de la luz y la revelación”. Lucas está también equivocado al llamar a Ęşù “la divinidad mala que se coloca en oposición directa a Olórun”. Ęşù, no es como Ekwénsu que es una fuerza mala totalmente, según la creencia del Igbo de Nigeria, ni igual a Ahriman, del sistema religioso Zoroastro, que está totalmente opuesto a Ahura Mazda (El caballero de la Sabiduría). En otras palabras, el yorùbá, no conoce las fuerzas que se oponen totalmente; una representando al mal, y otra representando al bien. Ęşù, no es la encarnación personal del mal, colocándose en oposición a la bondad. Como uno de los funcionarios de Olódùmarè en su mundo teocrático, el debe ser visto como parte de lo divino, el cual prueba y tienta a su pueblo. El provoca a las personas, pero eso no quiere decir, que el esté en contra de la raza humana, o que le hará algún daño. El es aquel que le encanta tentar lo que hay en los corazones de las personas y lo que es su verdadero carácter.
A Ęşù, hay que verlo como las relaciones oficiales entre el cielo y la tierra. La tradición yorùbá, afirma que el mantiene relaciones con el mundo super sensible y con los seres humanos en la tierra. Con relación al mundo super sensato, o sensible, el mantiene estrechas relaciones con Òrùnmìlá, que es notable por su sabiduría, y es quien conoce los deseos de las divinidades, y quien transporta estas a los hombres a través de Ifá. (Ęşù, habla primeramente enseñando a Òrùnmìlá) Siempre que el oráculo habla, se prescribe un sacrificio, este debe ser ofrecido por los hombres y las mujeres, quienes desean el favor de los dioses; una parte de cada sacrificio, va a Ęşù, (según el acuerdo con Òrùnmìlá) y el asegura llevar el mensaje al mundo espiritual, pero si una persona se rehusa a hacer el mandato a las divinidades, Ęşù le hará la vida incomoda a él o ella. La principal función de Ęşù, es hacer gestiones para los hombres y las divinidades, e informar de sus actos al ser supremo. Como inspector general, Ęşù es omnipresente, hallado en el mercado, las uniones de caminos, y en los umbrales de las casas. En sus acciones él es tanto ambivalente, como ambidextro. Lo que es intrigante de Ęşù, es que le no discrimina en desarrollar las gestiones buenas así como malas, el puede ser utilizado como un instrumento de desquite; puede crear hostilidad entre padre e hijo, o entre marido y mujer, así como entre dos amigos. Al mismo tiempo, puede suministrarle hijos a las mujeres estériles, buenas ventas a las mujeres del mercado. Puede causarle a una persona un mal comportamiento, o un acto de anormalidad, como también puede forzar a un deudor a pagar una deuda con un acreedor. (si el último busca su ayuda) . Es por ello el dicho yorùbá acerca de él: “Ko se iduró de, ko si se iśá fun” “Uno ni huye, hi espera por él”. Se ve como el divino forzador, que castiga a aquellos que no le ofrecen los sacrificios prescritos, y asegura a aquellos que si lo hacen, ampliamente recompensados.
Se debe señalar aquí, que los yorubás, creen que Ęşù, puede e instiga a los hombres para que ofendan a los dioses, y de ese modo suministrar los sacrificios a la ira de los dioses. Es por eso que algunas personas dicen que sin él, los dioses pasarían hambre.
Las primeras investigaciones de la religión yorùbá, que afirmaban que el lugar de Ęşù está siempre en los cruces de los caminos y lejos de las moradas de los humanos están equivocadas. Nosotros descubrimos que el verdadero lugar, es aquel en que casi todas las familias tradicionales, clan o pueblo, cada devoto, (independientemente al culto al cual el o ella pertenezcan) tiene el símbolo y la divinidad de Ęşù. Su culto trasciende los límites de cualquier grupo o abolengo, ningún devoto de ninguna divinidad omitirá propiciar a Ęşù primero, antes que le sean hechas ofrendas al ser divino que sea adorado. Ningún jefe de familia, fallará en brindar el primer bocado de comida, o la primera gota de una libación a Ęşù, antes que a los espíritus ancestrales se les alimente. El debe ser conciliado primero, para que en reciprocidad, el puede cooperar en el desarrollo favorable de la ceremonia que va a ser ejecutada. Nadie quiere que le echen a perder las cosas por causa de él. Debe contarse con él seriamente, porque eventualmente, el será el que lleve las ofrendas a sus receptores, así manteniendo la relación entre los seres humanos, y llevando las ofrendas a los seres sobrenaturales. En otras palabras, sin Ęşù, la dinámica del rito no existiría. Si el no recibiera los elementos necesarios para cumplir su función constructiva, el se vengaría bloqueando el camino de la bondad, y abriendo los caminos que le son hostiles a los seres humanos. Por ello, el es temido y respetado al mismo tiempo.
Hay individuos que sostienen que Ęşù, los ayuda a guardar el mal, y a traerles la paz y la prosperidad. Parrinder asemeja a Ęşù con este tipo de relación a “Un perro salvaje” que morderá raramente la mano que lo alimenta, pero atacara cualquier mal que se le acerque.
Ęşù no tiene un clero ordinario, porque el está asociado con todas las otras divinidades, pero donde quiera que estas otras divinidades sean adoradas, a el se le brindará un debido homenaje; sus devotos usan collares negros o marrón en sus cuellos.
Se representa por diversos tipos de imágenes. Puede ser visto en forma de un simple montículo, con la forma cruda de un ser humano, con cuernos en su cabeza, y un cuchillo o palo en su mano, o puede ser representado por una pieza de arcilla roja, o piedra metida en la tierra, o en una pieza de barro al revés con un hoyo en el medio.
Las ofrendas a Ęşù, son de tipo muy simple, incluyen unos granos de maíz y frijoles, pollos o aves negras, chivos y perros. Los perros se dicen que son especialmente sagrados para él, porque ellos se comen físicamente los sacrificios rituales en los lugares sagrados de Ęşù. Por eso el dicho común entre los yorubás: “Ohun ti aja maa je, Ęşù a se e (Lo que los perros se van a comer será suministrado por Ęşù). Sobre el se vierte aceite de palma Epo, el cual le encanta, pero aborrece el aceite que se extrae de las semillas de las palmas (Adin). El primero se ofrece para adularlo, y el segundo para calmar su disgusto. La creencia es que si Ęşù está seco, los problemas estallarán, podría ser una pelea o pestilencia, o un brote de fuego, por ello diariamente se le echa aceite de palma sobre el pilar que lo representa.
Vemos en Ęşù una personificación del bien y el mal, y la forma en que los yorùbás, le ponen atención, es indicativo, de su reconocimiento, de la presencia y la coexistencia de las fuerzas del bien y del mal en el Mundo
Oşę logbá torí pàpá (Elegbara) Ęşù
Òrìşà igbín (Angel de la guarda) “ Arquitecto de la fortuna”
Elegwá Vocero Mensajero de - Òrìşà igbín --Reparte el sacrificio entre las Divinidades que han
creado-- El infortunio
Elegbara: E – le – iwa – ara Quien posee el buen carácter en el cuerpo, o sea el que vive dentro de nosotros, cuando comemos estamos alimentando a Elegbara; Es el dueño de la buena fortuna. A esta divinidad, la representa la Okutá y los 21 igbín.
Okannan adi sa agbi lari, se llama a Ęşù, para recibir ofrendas. En Irosun Ate, hace el bien y el mal, se asocia con Òrùnmìlá en Ogbe Odi: brindo salvación. En Iworin bogbe estropea la suerte. En Irosun Umbo se le permiten las libertades, y se utiliza para permitir que las personas nazcan.
Olódùmarè le dio a Ęşù, la facultad, Ado Işùbí Işùré (aşé) y es el que utiliza hasta los días de hoy. El tiene este aşé, porque si alguien desea hacer algo bueno o malo, sin la aprobación de Ęşù, no lo puede realizar.
Importante: Ęşù, no es ningún opositor Satán, es el intermediario entre Olódùmarè, y los seres humanos, y entre los Irúnmolé y los Òrişàs. No existe ningún Irúnmolé, ni ningún Òrişà sin la presencia de Ęşù. El adopta estas dos posiciones, como Irúnmolé o como Òrişà. Su Ilé debe estar en la parte exterior de la casa, como tampoco se le canta dentro de la casa.
Símbolos:
Cuentas Èré (rojas)
Kunmó Ęşù (garrote o bastón)
Okutá yangui (piedra roja)
Ropa: roja, blanca y negra
Cuchillo curvo Obe Ęşù
Dos imágenes talladas en madera.
Ojúbo Ęşù (altar) debe estar rodeado por un puente.
MATERIAL DE ALIMENTACION
Nuez de kola amarga, (la que se parte en tres)
Aceite y si es de oliva mejor.
Paloma, gallo chivo, pescado, rata gallina
Perro (en caso de cambio de vida, porque el perro es amigo de Ęşù)
Guisado de yuca
Eku, eja, agbado
Camote (ñame)
Eko
Epo
Tabúes Ewo:
Caracoles y babosas
Aceite de almendra
Ikin (aceite de ikin)
No decir palabras obscenas
No mencionar el nombre de personas queridas.
Modo de Alimentación:
Cuando se alimenta se toca su estatua con el cuello del animal
Se alimenta mientras se esta parado.
Ewe:
BEJUCO PRIETO: el sumo cura la tiña.
BEJUCO SABANERO: para trabajos.
BIBONA: para trabajos.
CABILLA DE SABANA: la savia para mordidas de perros, hincadas de espinas venenosas o picadas de insectos, con la raíz de prepara tizana para purificar la sangre.
COPILINO O COPULI: El sumo para los herpes, los cogollos y hojas tiernas para baños de despojos, para dolencias del pecho se hacen cocimiento de la raíz, sus flores en cocción para los nervios, vértigos e insomnios.
CARRASPITA: para hacer daño, produce ceguera o una picazón desesperada.
CHAMISCO: las hojas secas quemadas se aspiran y alivia el ahogo, reuma y hemorranas.
ESCOBA CIMARRONA: para alejar a los muertos, las ramas se colgarán detrás de la puerta.
ESPENILLO: produce enconados.
GATEADO: para hacer Afoche para salar y perturbar.
MIJE: para bueno.
PALO DIABLO: para hacer trabajos.
PALO TORSIDO: para torcer la suerte.
PENDEJERA: la raíz en infusión sirve para enfermedades del riñón y la uretra, calma el dolor, depura la sangre y evita la impotencia.
PIMPINICHE: en Afoche; llaga la piel.
PINIPINI: es un arbusto, es malo.
PIÑON LECHOSO: como antídoto de un filtro arenoso se hierven tres hojas, del piñón de semilla negra y se toma una copa en ayunas a falta de las hojas se toman trates trocitos de gajos.
TENGUE: para hacer trabajos.
VÍVORA: para malo.
ZARZA BLANCA: para trabajos.
Todo en la tierra, tiene un gemelo, y Ęşù, también lo tiene. Veamos en la siguiente oración profética: Uréé Arikú lese Ęşù. En este caso, estamos en presencia de un Uree terrenal, por ser Ariku (la salud, en cualquiera de sus manifestaciones solo se tiene terrenalmente), por tanto el que defiende es Ęşù terrenal.
Onişé Ęşù
Orugbo Akuko Ęşù
El beneficio está al pie de Ęşù, Ęşù quiere Akuko, pero el cliente no tiene recursos económicos para el Ebo ¿Qué se hace? El Akuko es el animal a sacrificar, luego el cliente debe evitar la conducta del gallo, de creerse que el es el dueño del gallinero, y fajarse con otros gallos. Esta es por tanto la dirección que ha de llevar la conversación de la consulta.
Veamos este otro ejemplo:
Ajeo ona Buruku lowo araje
Ęşù Oniré
Onişé Ęşù Orugbo
En este ejemplo, al cliente los Arayes, le están creando problemas a través de Ęşù, por lo tanto hay que hacer sacrificio, con el animal que tuvo problemas en el Odú Toyalé.
Ikú Eegún: Tipos de espíritus que trabajan principalmente para Ęşù, armonizando a todas las entidades malévolas.
Baba Eegún: Espíritus de los ancestros y costumbres de la tradición yorùbá
A Ęşù le gustan los lugares obscuros
No se lava, porque se pone a merced de Ikú Eegún.
Ęşù, no tiene facultad para matar,
Solamente crear disociación, discordia
Entre lo terrenal, desde su posición en la divinosfera, (celestial), es el que vigila a todos los sacerdotes (por eso, cuando hacemos sacrificio, este se envía al cielo, (y es tenido en cuenta) incluyendo a las divinidades.
El rey de la muerte Iku, destruye masivamente Ejemplo:
Ògún No perdonan cuando son ofendidos, y destruyen
Şàngó despiadadamente, estas son divinidades por derecho
Şàpàná propio, y no agentes de Ęşù.
En Oworin – Şogbe, Ęşù crea obstáculos en el camino de los terrenales, para darle a su víctima una oportunidad para que reconozca la falta, para después de esto, transformar las desgracias en suerte.
Todas las divinidades tienen un Ęşù, todas, incluyendo a Òrùnmìlá.
Elegbá, como divinidad, está situada en Ketú, Benin
Importancia de Ęşù en Alaikú – Opón (alaikú: el que nunca muere).
1. Funciona como supervisor. El awo, debe cuidar que la cara de Ęşù, se enfrente a la suya, a fin de que pueda observar si el ritual es cumplimentado o no en todos sus aspectos, hasta que aparezca el Odú correcto, y la respuesta a la revelación divina (Ęşù, el Supervisor)
2. El segundo aspecto, es el lingüista. Al atribuírsele esta función, debe tener presente que solo la lengua yorùbá, comprende un gran numero de dialectos.
3. Otorgador del Aşé, para poder vernos por dentro, de modo que quienes somos realmente. Nos ayuda a reconocer el mal.
Ęşù, hace que recordemos:
S’ otitó s’odọdớ mu si ‘ka Si somos sinceros y verdaderos con el Mundo
Òrìşàs gbe iwa pèlè o los Òrìşàs nos ayudarán a formar nuestro carácter.
Rezo: Para mandar un mensaje hacia iwa orun e obúdá.
Ờwớrin Şógbe awo aiyè Ờwớrin Şógbe el adivino de la tierra
Ờwớrin Şógbe awo ode ờrun Ờwớrin Şógbe el adivino del cielo
Difafun............. Orugbo Cliente Lo profetizado. (Nombre del cliente)
Ęşù Ờwớrin Şógbe p’ ajé wa............... Ęşù por favor haga que la riqueza venga
Ęşù Ờwớrin Şógbe p’ aya wa ..............Ęşù por favor haga que las esposas vengan
Ęşù Ờwớrin Şógbe rè bogbo.................. que vengan todos los beneficios del mundo
Ęşù ku ori .............................................Ęşù te rindo homenaje
Difafún......... Orugbo cliente Lo profetizado para....... Nombre cliente
Orugbo..... nombre del Animal Que hizo sacrificio con...... Nombre animal
Ờwớrin Şógbe aşogbe le’ Ęşù gba Ờwớrin Şógbe ................permite que Ęşù reciba este sacrificio.
De acuerdo con la tradición popular, si el fue el instructor de Òrùnmìlá, se diría que fue su contemporáneo, y por tanto una de las divinidades principales, sería un error por tanto como hizo Bascom, sugerir que Ęşù fue la mas joven de las divinidades.
Es muy difícil para un observador casual de la religión yorùbá, comprender a Ęşù, y su lugar en las creencias yorùbás. Ęşù, no es el diablo, del concepto cristiano, ni el Shaitan de la fe musulmana.
El Diablo o el Shaitan, según estas creencias, es completamente malo, pero esto no es así con Ęşù en las creencias yorùbás. Además, debemos acentuar, que no existe dualismo en la religión yorùbá, en la manera en que Dennett describió a Ęşù, como el “Ser de la obscuridad, mientras Ifá, es el ser de la luz y la revelación”. Lucas está también equivocado al llamar a Ęşù “la divinidad mala que se coloca en oposición directa a Olórun”. Ęşù, no es como Ekwénsu que es una fuerza mala totalmente, según la creencia del Igbo de Nigeria, ni igual a Ahriman, del sistema religioso Zoroastro, que está totalmente opuesto a Ahura Mazda (El caballero de la Sabiduría). En otras palabras, el yorùbá, no conoce las fuerzas que se oponen totalmente; una representando al mal, y otra representando al bien. Ęşù, no es la encarnación personal del mal, colocándose en oposición a la bondad. Como uno de los funcionarios de Olódùmarè en su mundo teocrático, el debe ser visto como parte de lo divino, el cual prueba y tienta a su pueblo. El provoca a las personas, pero eso no quiere decir, que el esté en contra de la raza humana, o que le hará algún daño. El es aquel que le encanta tentar lo que hay en los corazones de las personas y lo que es su verdadero carácter.
A Ęşù, hay que verlo como las relaciones oficiales entre el cielo y la tierra. La tradición yorùbá, afirma que el mantiene relaciones con el mundo super sensible y con los seres humanos en la tierra. Con relación al mundo super sensato, o sensible, el mantiene estrechas relaciones con Òrùnmìlá, que es notable por su sabiduría, y es quien conoce los deseos de las divinidades, y quien transporta estas a los hombres a través de Ifá. (Ęşù, habla primeramente enseñando a Òrùnmìlá) Siempre que el oráculo habla, se prescribe un sacrificio, este debe ser ofrecido por los hombres y las mujeres, quienes desean el favor de los dioses; una parte de cada sacrificio, va a Ęşù, (según el acuerdo con Òrùnmìlá) y el asegura llevar el mensaje al mundo espiritual, pero si una persona se rehusa a hacer el mandato a las divinidades, Ęşù le hará la vida incomoda a él o ella. La principal función de Ęşù, es hacer gestiones para los hombres y las divinidades, e informar de sus actos al ser supremo. Como inspector general, Ęşù es omnipresente, hallado en el mercado, las uniones de caminos, y en los umbrales de las casas. En sus acciones él es tanto ambivalente, como ambidextro. Lo que es intrigante de Ęşù, es que le no discrimina en desarrollar las gestiones buenas así como malas, el puede ser utilizado como un instrumento de desquite; puede crear hostilidad entre padre e hijo, o entre marido y mujer, así como entre dos amigos. Al mismo tiempo, puede suministrarle hijos a las mujeres estériles, buenas ventas a las mujeres del mercado. Puede causarle a una persona un mal comportamiento, o un acto de anormalidad, como también puede forzar a un deudor a pagar una deuda con un acreedor. (si el último busca su ayuda) . Es por ello el dicho yorùbá acerca de él: “Ko se iduró de, ko si se iśá fun” “Uno ni huye, hi espera por él”. Se ve como el divino forzador, que castiga a aquellos que no le ofrecen los sacrificios prescritos, y asegura a aquellos que si lo hacen, ampliamente recompensados.
Se debe señalar aquí, que los yorubás, creen que Ęşù, puede e instiga a los hombres para que ofendan a los dioses, y de ese modo suministrar los sacrificios a la ira de los dioses. Es por eso que algunas personas dicen que sin él, los dioses pasarían hambre.
Las primeras investigaciones de la religión yorùbá, que afirmaban que el lugar de Ęşù está siempre en los cruces de los caminos y lejos de las moradas de los humanos están equivocadas. Nosotros descubrimos que el verdadero lugar, es aquel en que casi todas las familias tradicionales, clan o pueblo, cada devoto, (independientemente al culto al cual el o ella pertenezcan) tiene el símbolo y la divinidad de Ęşù. Su culto trasciende los límites de cualquier grupo o abolengo, ningún devoto de ninguna divinidad omitirá propiciar a Ęşù primero, antes que le sean hechas ofrendas al ser divino que sea adorado. Ningún jefe de familia, fallará en brindar el primer bocado de comida, o la primera gota de una libación a Ęşù, antes que a los espíritus ancestrales se les alimente. El debe ser conciliado primero, para que en reciprocidad, el puede cooperar en el desarrollo favorable de la ceremonia que va a ser ejecutada. Nadie quiere que le echen a perder las cosas por causa de él. Debe contarse con él seriamente, porque eventualmente, el será el que lleve las ofrendas a sus receptores, así manteniendo la relación entre los seres humanos, y llevando las ofrendas a los seres sobrenaturales. En otras palabras, sin Ęşù, la dinámica del rito no existiría. Si el no recibiera los elementos necesarios para cumplir su función constructiva, el se vengaría bloqueando el camino de la bondad, y abriendo los caminos que le son hostiles a los seres humanos. Por ello, el es temido y respetado al mismo tiempo.
Hay individuos que sostienen que Ęşù, los ayuda a guardar el mal, y a traerles la paz y la prosperidad. Parrinder asemeja a Ęşù con este tipo de relación a “Un perro salvaje” que morderá raramente la mano que lo alimenta, pero atacara cualquier mal que se le acerque.
Ęşù no tiene un clero ordinario, porque el está asociado con todas las otras divinidades, pero donde quiera que estas otras divinidades sean adoradas, a el se le brindará un debido homenaje; sus devotos usan collares negros o marrón en sus cuellos.
Se representa por diversos tipos de imágenes. Puede ser visto en forma de un simple montículo, con la forma cruda de un ser humano, con cuernos en su cabeza, y un cuchillo o palo en su mano, o puede ser representado por una pieza de arcilla roja, o piedra metida en la tierra, o en una pieza de barro al revés con un hoyo en el medio.
Las ofrendas a Ęşù, son de tipo muy simple, incluyen unos granos de maíz y frijoles, pollos o aves negras, chivos y perros. Los perros se dicen que son especialmente sagrados para él, porque ellos se comen físicamente los sacrificios rituales en los lugares sagrados de Ęşù. Por eso el dicho común entre los yorubás: “Ohun ti aja maa je, Ęşù a se e (Lo que los perros se van a comer será suministrado por Ęşù). Sobre el se vierte aceite de palma Epo, el cual le encanta, pero aborrece el aceite que se extrae de las semillas de las palmas (Adin). El primero se ofrece para adularlo, y el segundo para calmar su disgusto. La creencia es que si Ęşù está seco, los problemas estallarán, podría ser una pelea o pestilencia, o un brote de fuego, por ello diariamente se le echa aceite de palma sobre el pilar que lo representa.
Vemos en Ęşù una personificación del bien y el mal, y la forma en que los yorùbás, le ponen atención, es indicativo, de su reconocimiento, de la presencia y la coexistencia de las fuerzas del bien y del mal en el Mundo
Oşę logbá torí pàpá (Elegbara) Ęşù
Òrìşà igbín (Angel de la guarda) “ Arquitecto de la fortuna”
Elegwá Vocero Mensajero de - Òrìşà igbín --Reparte el sacrificio entre las Divinidades que han
creado-- El infortunio
Elegbara: E – le – iwa – ara Quien posee el buen carácter en el cuerpo, o sea el que vive dentro de nosotros, cuando comemos estamos alimentando a Elegbara; Es el dueño de la buena fortuna. A esta divinidad, la representa la Okutá y los 21 igbín.
Okannan adi sa agbi lari, se llama a Ęşù, para recibir ofrendas. En Irosun Ate, hace el bien y el mal, se asocia con Òrùnmìlá en Ogbe Odi: brindo salvación. En Iworin bogbe estropea la suerte. En Irosun Umbo se le permiten las libertades, y se utiliza para permitir que las personas nazcan.
Olódùmarè le dio a Ęşù, la facultad, Ado Işùbí Işùré (aşé) y es el que utiliza hasta los días de hoy. El tiene este aşé, porque si alguien desea hacer algo bueno o malo, sin la aprobación de Ęşù, no lo puede realizar.
Importante: Ęşù, no es ningún opositor Satán, es el intermediario entre Olódùmarè, y los seres humanos, y entre los Irúnmolé y los Òrişàs. No existe ningún Irúnmolé, ni ningún Òrişà sin la presencia de Ęşù. El adopta estas dos posiciones, como Irúnmolé o como Òrişà. Su Ilé debe estar en la parte exterior de la casa, como tampoco se le canta dentro de la casa.
Símbolos:
Cuentas Èré (rojas)
Kunmó Ęşù (garrote o bastón)
Okutá yangui (piedra roja)
Ropa: roja, blanca y negra
Cuchillo curvo Obe Ęşù
Dos imágenes talladas en madera.
Ojúbo Ęşù (altar) debe estar rodeado por un puente.
MATERIAL DE ALIMENTACION
Nuez de kola amarga, (la que se parte en tres)
Aceite y si es de oliva mejor.
Paloma, gallo chivo, pescado, rata gallina
Perro (en caso de cambio de vida, porque el perro es amigo de Ęşù)
Guisado de yuca
Eku, eja, agbado
Camote (ñame)
Eko
Epo
Tabúes Ewo:
Caracoles y babosas
Aceite de almendra
Ikin (aceite de ikin)
No decir palabras obscenas
No mencionar el nombre de personas queridas.
Modo de Alimentación:
Cuando se alimenta se toca su estatua con el cuello del animal
Se alimenta mientras se esta parado.
Ewe:
BEJUCO PRIETO: el sumo cura la tiña.
BEJUCO SABANERO: para trabajos.
BIBONA: para trabajos.
CABILLA DE SABANA: la savia para mordidas de perros, hincadas de espinas venenosas o picadas de insectos, con la raíz de prepara tizana para purificar la sangre.
COPILINO O COPULI: El sumo para los herpes, los cogollos y hojas tiernas para baños de despojos, para dolencias del pecho se hacen cocimiento de la raíz, sus flores en cocción para los nervios, vértigos e insomnios.
CARRASPITA: para hacer daño, produce ceguera o una picazón desesperada.
CHAMISCO: las hojas secas quemadas se aspiran y alivia el ahogo, reuma y hemorranas.
ESCOBA CIMARRONA: para alejar a los muertos, las ramas se colgarán detrás de la puerta.
ESPENILLO: produce enconados.
GATEADO: para hacer Afoche para salar y perturbar.
MIJE: para bueno.
PALO DIABLO: para hacer trabajos.
PALO TORSIDO: para torcer la suerte.
PENDEJERA: la raíz en infusión sirve para enfermedades del riñón y la uretra, calma el dolor, depura la sangre y evita la impotencia.
PIMPINICHE: en Afoche; llaga la piel.
PINIPINI: es un arbusto, es malo.
PIÑON LECHOSO: como antídoto de un filtro arenoso se hierven tres hojas, del piñón de semilla negra y se toma una copa en ayunas a falta de las hojas se toman trates trocitos de gajos.
TENGUE: para hacer trabajos.
VÍVORA: para malo.
ZARZA BLANCA: para trabajos.
Todo en la tierra, tiene un gemelo, y Ęşù, también lo tiene. Veamos en la siguiente oración profética: Uréé Arikú lese Ęşù. En este caso, estamos en presencia de un Uree terrenal, por ser Ariku (la salud, en cualquiera de sus manifestaciones solo se tiene terrenalmente), por tanto el que defiende es Ęşù terrenal.
Onişé Ęşù
Orugbo Akuko Ęşù
El beneficio está al pie de Ęşù, Ęşù quiere Akuko, pero el cliente no tiene recursos económicos para el Ebo ¿Qué se hace? El Akuko es el animal a sacrificar, luego el cliente debe evitar la conducta del gallo, de creerse que el es el dueño del gallinero, y fajarse con otros gallos. Esta es por tanto la dirección que ha de llevar la conversación de la consulta.
Veamos este otro ejemplo:
Ajeo ona Buruku lowo araje
Ęşù Oniré
Onişé Ęşù Orugbo
En este ejemplo, al cliente los Arayes, le están creando problemas a través de Ęşù, por lo tanto hay que hacer sacrificio, con el animal que tuvo problemas en el Odú Toyalé.
Ikú Eegún: Tipos de espíritus que trabajan principalmente para Ęşù, armonizando a todas las entidades malévolas.
Baba Eegún: Espíritus de los ancestros y costumbres de la tradición yorùbá
A Ęşù le gustan los lugares obscuros
No se lava, porque se pone a merced de Ikú Eegún.
Ęşù, no tiene facultad para matar,
Solamente crear disociación, discordia
Entre lo terrenal, desde su posición en la divinosfera, (celestial), es el que vigila a todos los sacerdotes (por eso, cuando hacemos sacrificio, este se envía al cielo, (y es tenido en cuenta) incluyendo a las divinidades.
El rey de la muerte Iku, destruye masivamente Ejemplo:
Ògún No perdonan cuando son ofendidos, y destruyen
Şàngó despiadadamente, estas son divinidades por derecho
Şàpàná propio, y no agentes de Ęşù.
En Oworin – Şogbe, Ęşù crea obstáculos en el camino de los terrenales, para darle a su víctima una oportunidad para que reconozca la falta, para después de esto, transformar las desgracias en suerte.
Todas las divinidades tienen un Ęşù, todas, incluyendo a Òrùnmìlá.
Elegbá, como divinidad, está situada en Ketú, Benin
Importancia de Ęşù en Alaikú – Opón (alaikú: el que nunca muere).
1. Funciona como supervisor. El awo, debe cuidar que la cara de Ęşù, se enfrente a la suya, a fin de que pueda observar si el ritual es cumplimentado o no en todos sus aspectos, hasta que aparezca el Odú correcto, y la respuesta a la revelación divina (Ęşù, el Supervisor)
2. El segundo aspecto, es el lingüista. Al atribuírsele esta función, debe tener presente que solo la lengua yorùbá, comprende un gran numero de dialectos.
3. Otorgador del Aşé, para poder vernos por dentro, de modo que quienes somos realmente. Nos ayuda a reconocer el mal.
Ęşù, hace que recordemos:
S’ otitó s’odọdớ mu si ‘ka Si somos sinceros y verdaderos con el Mundo
Òrìşàs gbe iwa pèlè o los Òrìşàs nos ayudarán a formar nuestro carácter.
Rezo: Para mandar un mensaje hacia iwa orun e obúdá.
Ờwớrin Şógbe awo aiyè Ờwớrin Şógbe el adivino de la tierra
Ờwớrin Şógbe awo ode ờrun Ờwớrin Şógbe el adivino del cielo
Difafun............. Orugbo Cliente Lo profetizado. (Nombre del cliente)
Ęşù Ờwớrin Şógbe p’ ajé wa............... Ęşù por favor haga que la riqueza venga
Ęşù Ờwớrin Şógbe p’ aya wa ..............Ęşù por favor haga que las esposas vengan
Ęşù Ờwớrin Şógbe rè bogbo.................. que vengan todos los beneficios del mundo
Ęşù ku ori .............................................Ęşù te rindo homenaje
Difafún......... Orugbo cliente Lo profetizado para....... Nombre cliente
Orugbo..... nombre del Animal Que hizo sacrificio con...... Nombre animal
Ờwớrin Şógbe aşogbe le’ Ęşù gba Ờwớrin Şógbe ................permite que Ęşù reciba este sacrificio.
10/19/2010
MITOS Y LEYENDAS SOBRE IFÁ
Las tradiciones orales señalan que Òrúnmìlà era hijo de padres que estaban en el cielo y nunca visitaron la tierra, su padre se llamaba Oroko y su madre Alayeru. Òrúnmìlà vino por primera vez al mundo para arreglarlo y supervisar los asuntos concernientes a los embarazos, nacimientos, enfermedades, el uso de las hierbas y el manejo general de las cosas. Cuando abandonó el cielo, su primera parada fue en Usi, Ekitiland. Sin embargo, decidió no fijar su residencia allí, sólo estableció su culto y continuó. Se detuvo también en Ilé-Ifé donde permaneció largo tiempo hasta trasladarse a Ado, lugar donde se instaló por el resto de sus días. Probablemente por eso existe el dicho Ado N’Ile ifn (Ado es la casa de Ifá).
Jonhson narra una tradición según la cual Ifá fue introducido en el país yorùbá por un tal Setilu, nativo de Nupe, quien nació ciego. Esto ocurrió alrededor del período de la invasión mahometana. Los padres de Setilu, ante el infortunio de tener un hijo ciego, tuvieron dudas al principio sobre el camino a seguir, si matar al niño o dejarlo con vida aunque fuese un peso para la familia. Los sentimientos paternos se impusieron y decidieron dejar al niño con vida. Creció un chico muy peculiar y sus familiares se asombraban por sus extraños poderes de adivinación. A la edad de cinco años el niño comenzó a excitar la curiosidad de los padres, prediciendo quién los visitaría durante el curso del día y con qué objetivo. A medida que fue creciendo comenzó a practicar hechicerías y medicina. Al iniciar su práctica, utilizaba 16 pequeños guijarros y los imponía con éxito a la credibilidad de aquellos que acudían angustiados y preocupados a consultarse. Con esta fuente se ganó una cómoda vida.
Los mahometanos al darse cuenta de que sus seguidores se estaban convirtiendo rápidamente en seguidores de Setilu y que incluso, respetables sacerdotes no escapaban al contagio general, decidieron expulsar a Setilu del país. Por esta razón Setilu cruzó el río Níger y fue a Benin, permaneciendo un tiempo en un lugar llamado Owó y desde allí fue a Ado. Seguidamente emigró a Ilé-Ifé y encontrando más apropiado el lugar para practicar su arte, resolvió convertirlo en su residencia permanente.
No tardó en hacerse famoso también allí y sus actuaciones impresionaron tanto a la gente y había tanta confianza en él que no tuvo dificultad en persuadirlos de que abolieran las marcas tribales de sus rostros, marcas de distinción que no se practicaban en Nupe, su país. Setilú inició a varios de sus sacerdotes en los misterios de la adivinación, y gradualmente Ifá se fue convirtiendo en el oráculo consultante de toda la nación yorùbá. Oduduwa encontró a Setilu en Ilé-Ifé, pero fue durante el reinado de Ofiran, en el trono de Oyó, que se dio reconocimiento oficial al culto de Ifá.
Otro mito relata que Ifá era un nativo de Itase, cerca de Ilé-Ifé, de familia pobre. En su juventud tuvo una gran aversión hacia el trabajo manual y por lo tanto se dedicó a pedir. Para mejorar su modo de vida buscó consejos con un sabio y éste le enseñó el arte de la adivinación y cuentos tradicionales relacionados con la medicina. Posteriormente se hizo muy popular. Los 16 odús originales corresponden a los 16 cuentos originales enseñados a Ifá. Sus padres, muy humildes, eran desconocidos en el país, por lo que en lo sucesivo se le consideró huérfano y fue deificado después de su muerte.
Los mitos siguen contando que en los primeros días del mundo, cuando los humanos eran pocos, los dioses tenían los sacrificios limitados y a menudo estaban hambrientos y tenían que buscarse sus propios medios. Ifá se fue de pesquería, pero no tuvo éxito y como tenía hambre consultó a Ęşù, quien le dijo que si podía conseguir 16 nueces de las dos matas de palma de Orángún, el hombre jefe, le enseñaría cómo predecir el futuro y beneficiar a la humanidad, recibiendo así abundantes ofrendas a cambio, pero dejó claro que él tendría siempre la primera opción. Ifá estuvo de acuerdo y se fue a ver a Orungan, le pidió las nueces diciéndole para qué las quería. Orángún, satisfecho con la idea se fue con su mujer y se apresuró en conseguir las nueces. Ęşù entonces enseñó a Ifá, quien a su vez enseñó a Orángún y lo convirtió en el primer babaláwo.
Otra tradición sobre Ifá dice que este nació en Ifé, era un hábil médico, con amplios conocimientos y práctica, además de un eminente adivinador. Después de hacerse famoso fundó una ciudad llamada Ipetu y devino rey del lugar. Gentes de todos los rincones del país yorùbá acudían en tropel a verlo. De ellos escogió a 16, se dice que los nombres de estos aprendices son idénticos a los de los 16 signos de la adivinación, llamados Odù.
Un mito relata cómo Òrúnmìlà se convirtió en Òrìşà:
Òrúnmìlà dijo: Entonces¿ ustedes no ven esa terrible cosa que viene por el camino?
Ellos dijeron: No
Dijo Orúnmila: ¿Ha visto alguien a mi hermano Lasope?
Dijeron ellos: Lo hemos visto.
Dijo Òrúnmìlà: ¿Cómo está?
Respondieron: Tiene seis esposas y todas están bien.
Dijo Òrúnmìlà: ¿Ustedes vieron a Lasope y tiene seis esposas y todos están bien y yo qué?
Respondieron: Tú eres como un árbol irokó en el bosque Ansegba, fuerte árbol con hojas y raíces que no es perturbado por nada.
Dijo Òrúnmìlà: ¿Me comparan ustedes con un árbol en el bosque?
Dijeron ellos: Òrúnmìlà, usted es muy sabio. Por favor, déjenos ahora
Òrúnmìlà preguntó: ¿Adónde debo ir?
Le pidieron que fuera a casa de Iki (la palma)
Orúnmila dijo: Ya he estado en casa de Iki y me dio la bienvenida.
Le pidieron que fuera a casa de Imo (la penca de la palma)
Orúnmila dijo: Ya he estado en casa de Imo y él es un buen amigo.
Le pidieron que se fuera a Ootu Ifé, donde sus amigos eran adoradores.
Orúnmila dijo: Yo estuve en Ootu Ifé cuando todos ustedes eran muy pequeños.
Dijeron ellos: ¿Y cuándo fue eso?
Respondió Orúnmila: Cuando el garrote se llamaba Iyapo y el látigo se llamaba Kusonoro.
Dijeron ellos: Esa es una historia muy ordinaria.
Orúnmila dijo: Me estoy mirando la mano derecha. Ustedes doscientos caigan.
Los doscientos cayeron y murieron.
Dijo: Me miro la mano izquierda. Ustedes doscientos caigan.
Los doscientos cayeron y murieron al instante.
Los que quedaron dijeron: Te adoraremos, Meretelu. Te adoraremos Mesiaka Bara. Te adoraremos, Onikehin Ohagun Esinrani.
Orúnmila preguntó: ¿Cómo me adorarán?
Dijeron ellos: Te adoraremos con nuestra cabeza como la rata en la maleza. Te adoraremos con nuestra cabeza como el pez en el río.
Orúnmila pidió a Igigbegi que fuera su sacerdote en el bosque.
Pidió a Ootiipa que fuera su sacerdote en el palmar.
Entonces Orúnmila dijo: Me miro la mano derecha. Ustedes doscientos despierten. El pez eléctrico ha llegado. Ifá tú eres el que despierta a los muertos de ayer.
Desde ese día los seguidores de Orúnmila no han vuelto a cuestionar sus palabras. Lo han seguido.
Se dice que Ifá tuvo 8 hijos y un número indeterminado de discípulos, a los cuales enseñó el secreto de la adivinación. Seis de los ocho hijos llevan nombres propios similares a los nombres titulares de los reyes Ekiti: Alara, Ajero, Ontaji, Oloye-Moyin, Elejelo-mope y Alakegi. Los otros son Olowo y Owarangun. Los ocho hijos nacieron cuando Ifá estaba en Ifé. Todos llegaron a ser figuras importantes y posteriormente se dispersaron a distintas partes de la tierra Yorubá.
Según los mitos, hubo ocasiones en que, al no existir barreras físicas entre el cielo y la tierra, Ifá era llamado al cielo por Olódùmarè para utilizar su gran sabiduría y resolver algunos problemas. Un día Ifá regresó definitivamente al cielo disgustado por un insulto que le hizo uno de sus hijos. Poco después de esto, la tierra se vio azotada por una gran hambruna y peste. Tan grande fue la calamidad que se rompió el ciclo de fertilidad entre los seres humanos.
Aboyun Ko Bi Mo
Agan Ko T’Ojo Ala B’os Un
Las mujeres embarazadas ya no parían,
Las mujeres estériles quedaban estériles.
Pasado cierto tiempo la gente decidió resolver el problema, enviando a los ocho hijos de Orúnmila al cielo, A fin de que convencieran a éste de la necesidad de su regreso a la tierra. Cuando los hijos llegaron al cielo se encontraron a Ifá al pie del tantas veces subido árbol de la palma, que tenía ramas en este camino y que hasta entonces tenía 16 ramas que parecían chozas. Rogaron a Ifá que volviera a la tierra, pero éste se negó, no obstante, dio 16 palmiches a cada uno de sus ocho hijos y les dijo;
Cuando regresen a casa
Si quieren tener dinero
Esa es la persona a quien han de consultar.
Cuando regresen a casa
Si quieren tener esposas
Esa es la persona a quien han de consultar.
Cuando regresen a casa
Si quieren tener hijos
Esa es la persona a quien han de consultar.
Si quieren construir casas en la tierra
Esa es la persona a quien han de consultar
Si quieren tener vestidos en la tierra
Esa es la persona a quien han de consultar.
Para todas las cosas buenas que deseen en la tierra
Esa es la persona a quien han de consultar.
Cuando los hijos de Ifá regresaron comenzaron a utilizar los 16 palmiches para la adivinación. Estos eran los símbolos de la autoridad dada por Ifá a sus hijos para continuar efectuando la adivinación en su ausencia. Los 16 palmiches conocidos como Ikin han sido utilizados desde entonces hasta hoy como parte importante del sistema de adivinación de Ifá.
Jonhson narra una tradición según la cual Ifá fue introducido en el país yorùbá por un tal Setilu, nativo de Nupe, quien nació ciego. Esto ocurrió alrededor del período de la invasión mahometana. Los padres de Setilu, ante el infortunio de tener un hijo ciego, tuvieron dudas al principio sobre el camino a seguir, si matar al niño o dejarlo con vida aunque fuese un peso para la familia. Los sentimientos paternos se impusieron y decidieron dejar al niño con vida. Creció un chico muy peculiar y sus familiares se asombraban por sus extraños poderes de adivinación. A la edad de cinco años el niño comenzó a excitar la curiosidad de los padres, prediciendo quién los visitaría durante el curso del día y con qué objetivo. A medida que fue creciendo comenzó a practicar hechicerías y medicina. Al iniciar su práctica, utilizaba 16 pequeños guijarros y los imponía con éxito a la credibilidad de aquellos que acudían angustiados y preocupados a consultarse. Con esta fuente se ganó una cómoda vida.
Los mahometanos al darse cuenta de que sus seguidores se estaban convirtiendo rápidamente en seguidores de Setilu y que incluso, respetables sacerdotes no escapaban al contagio general, decidieron expulsar a Setilu del país. Por esta razón Setilu cruzó el río Níger y fue a Benin, permaneciendo un tiempo en un lugar llamado Owó y desde allí fue a Ado. Seguidamente emigró a Ilé-Ifé y encontrando más apropiado el lugar para practicar su arte, resolvió convertirlo en su residencia permanente.
No tardó en hacerse famoso también allí y sus actuaciones impresionaron tanto a la gente y había tanta confianza en él que no tuvo dificultad en persuadirlos de que abolieran las marcas tribales de sus rostros, marcas de distinción que no se practicaban en Nupe, su país. Setilú inició a varios de sus sacerdotes en los misterios de la adivinación, y gradualmente Ifá se fue convirtiendo en el oráculo consultante de toda la nación yorùbá. Oduduwa encontró a Setilu en Ilé-Ifé, pero fue durante el reinado de Ofiran, en el trono de Oyó, que se dio reconocimiento oficial al culto de Ifá.
Otro mito relata que Ifá era un nativo de Itase, cerca de Ilé-Ifé, de familia pobre. En su juventud tuvo una gran aversión hacia el trabajo manual y por lo tanto se dedicó a pedir. Para mejorar su modo de vida buscó consejos con un sabio y éste le enseñó el arte de la adivinación y cuentos tradicionales relacionados con la medicina. Posteriormente se hizo muy popular. Los 16 odús originales corresponden a los 16 cuentos originales enseñados a Ifá. Sus padres, muy humildes, eran desconocidos en el país, por lo que en lo sucesivo se le consideró huérfano y fue deificado después de su muerte.
Los mitos siguen contando que en los primeros días del mundo, cuando los humanos eran pocos, los dioses tenían los sacrificios limitados y a menudo estaban hambrientos y tenían que buscarse sus propios medios. Ifá se fue de pesquería, pero no tuvo éxito y como tenía hambre consultó a Ęşù, quien le dijo que si podía conseguir 16 nueces de las dos matas de palma de Orángún, el hombre jefe, le enseñaría cómo predecir el futuro y beneficiar a la humanidad, recibiendo así abundantes ofrendas a cambio, pero dejó claro que él tendría siempre la primera opción. Ifá estuvo de acuerdo y se fue a ver a Orungan, le pidió las nueces diciéndole para qué las quería. Orángún, satisfecho con la idea se fue con su mujer y se apresuró en conseguir las nueces. Ęşù entonces enseñó a Ifá, quien a su vez enseñó a Orángún y lo convirtió en el primer babaláwo.
Otra tradición sobre Ifá dice que este nació en Ifé, era un hábil médico, con amplios conocimientos y práctica, además de un eminente adivinador. Después de hacerse famoso fundó una ciudad llamada Ipetu y devino rey del lugar. Gentes de todos los rincones del país yorùbá acudían en tropel a verlo. De ellos escogió a 16, se dice que los nombres de estos aprendices son idénticos a los de los 16 signos de la adivinación, llamados Odù.
Un mito relata cómo Òrúnmìlà se convirtió en Òrìşà:
Òrúnmìlà dijo: Entonces¿ ustedes no ven esa terrible cosa que viene por el camino?
Ellos dijeron: No
Dijo Orúnmila: ¿Ha visto alguien a mi hermano Lasope?
Dijeron ellos: Lo hemos visto.
Dijo Òrúnmìlà: ¿Cómo está?
Respondieron: Tiene seis esposas y todas están bien.
Dijo Òrúnmìlà: ¿Ustedes vieron a Lasope y tiene seis esposas y todos están bien y yo qué?
Respondieron: Tú eres como un árbol irokó en el bosque Ansegba, fuerte árbol con hojas y raíces que no es perturbado por nada.
Dijo Òrúnmìlà: ¿Me comparan ustedes con un árbol en el bosque?
Dijeron ellos: Òrúnmìlà, usted es muy sabio. Por favor, déjenos ahora
Òrúnmìlà preguntó: ¿Adónde debo ir?
Le pidieron que fuera a casa de Iki (la palma)
Orúnmila dijo: Ya he estado en casa de Iki y me dio la bienvenida.
Le pidieron que fuera a casa de Imo (la penca de la palma)
Orúnmila dijo: Ya he estado en casa de Imo y él es un buen amigo.
Le pidieron que se fuera a Ootu Ifé, donde sus amigos eran adoradores.
Orúnmila dijo: Yo estuve en Ootu Ifé cuando todos ustedes eran muy pequeños.
Dijeron ellos: ¿Y cuándo fue eso?
Respondió Orúnmila: Cuando el garrote se llamaba Iyapo y el látigo se llamaba Kusonoro.
Dijeron ellos: Esa es una historia muy ordinaria.
Orúnmila dijo: Me estoy mirando la mano derecha. Ustedes doscientos caigan.
Los doscientos cayeron y murieron.
Dijo: Me miro la mano izquierda. Ustedes doscientos caigan.
Los doscientos cayeron y murieron al instante.
Los que quedaron dijeron: Te adoraremos, Meretelu. Te adoraremos Mesiaka Bara. Te adoraremos, Onikehin Ohagun Esinrani.
Orúnmila preguntó: ¿Cómo me adorarán?
Dijeron ellos: Te adoraremos con nuestra cabeza como la rata en la maleza. Te adoraremos con nuestra cabeza como el pez en el río.
Orúnmila pidió a Igigbegi que fuera su sacerdote en el bosque.
Pidió a Ootiipa que fuera su sacerdote en el palmar.
Entonces Orúnmila dijo: Me miro la mano derecha. Ustedes doscientos despierten. El pez eléctrico ha llegado. Ifá tú eres el que despierta a los muertos de ayer.
Desde ese día los seguidores de Orúnmila no han vuelto a cuestionar sus palabras. Lo han seguido.
Se dice que Ifá tuvo 8 hijos y un número indeterminado de discípulos, a los cuales enseñó el secreto de la adivinación. Seis de los ocho hijos llevan nombres propios similares a los nombres titulares de los reyes Ekiti: Alara, Ajero, Ontaji, Oloye-Moyin, Elejelo-mope y Alakegi. Los otros son Olowo y Owarangun. Los ocho hijos nacieron cuando Ifá estaba en Ifé. Todos llegaron a ser figuras importantes y posteriormente se dispersaron a distintas partes de la tierra Yorubá.
Según los mitos, hubo ocasiones en que, al no existir barreras físicas entre el cielo y la tierra, Ifá era llamado al cielo por Olódùmarè para utilizar su gran sabiduría y resolver algunos problemas. Un día Ifá regresó definitivamente al cielo disgustado por un insulto que le hizo uno de sus hijos. Poco después de esto, la tierra se vio azotada por una gran hambruna y peste. Tan grande fue la calamidad que se rompió el ciclo de fertilidad entre los seres humanos.
Aboyun Ko Bi Mo
Agan Ko T’Ojo Ala B’os Un
Las mujeres embarazadas ya no parían,
Las mujeres estériles quedaban estériles.
Pasado cierto tiempo la gente decidió resolver el problema, enviando a los ocho hijos de Orúnmila al cielo, A fin de que convencieran a éste de la necesidad de su regreso a la tierra. Cuando los hijos llegaron al cielo se encontraron a Ifá al pie del tantas veces subido árbol de la palma, que tenía ramas en este camino y que hasta entonces tenía 16 ramas que parecían chozas. Rogaron a Ifá que volviera a la tierra, pero éste se negó, no obstante, dio 16 palmiches a cada uno de sus ocho hijos y les dijo;
Cuando regresen a casa
Si quieren tener dinero
Esa es la persona a quien han de consultar.
Cuando regresen a casa
Si quieren tener esposas
Esa es la persona a quien han de consultar.
Cuando regresen a casa
Si quieren tener hijos
Esa es la persona a quien han de consultar.
Si quieren construir casas en la tierra
Esa es la persona a quien han de consultar
Si quieren tener vestidos en la tierra
Esa es la persona a quien han de consultar.
Para todas las cosas buenas que deseen en la tierra
Esa es la persona a quien han de consultar.
Cuando los hijos de Ifá regresaron comenzaron a utilizar los 16 palmiches para la adivinación. Estos eran los símbolos de la autoridad dada por Ifá a sus hijos para continuar efectuando la adivinación en su ausencia. Los 16 palmiches conocidos como Ikin han sido utilizados desde entonces hasta hoy como parte importante del sistema de adivinación de Ifá.
Atributos de Orúnmìlá
Las semillas de adivinación Ikin y Olorí Ikin: Es él más importante usado por todos los sacerdotes de Ifá en la adivinación, usualmente son negros y la propia adivinación, los pone suaves y brillantes. Junto con Ờpęlę, (sustituto en la adivinación) constituyen los más sagrados de los elementos de adivinación. Cuando Orúnmìlá se fue para el cielo, Ikin se convirtió en el símbolo terrestre y físico de su omnipresencia y su omnisciencia, a partir de ese punto el concepto de Orúnmìlá como hombre mortal, desaparece, y el Ikin emerge como la llave de su sabiduría infinita, y a la vez proyecta su naturaleza profunda y exotérica, por eso, lo negro del Ikin, probablemente simboliza, “Awo” (Misterio, enigma, uno versado en misterios), lo que hace imposible que nadie, incluyendo sus sacerdotes, comprenda totalmente a Orúnmìlá, ni que aprenda toda su literatura, esto también explica porque Orúnmìlá, nunca es representado antropomórficamente en las esculturas utilizadas para la adivinación, (Ikin asume esta función) El Ikin como cualquier otro ser en las creencias yorubás, posee Orí, el cual representa la propia esencia y personalidad del Ikin, y se llama Olorí-ikin aunque este Ikin, es físicamente diferente a los otros ikines, forma parte integral de estos en todos los procesos metafísicos y de adivinación. El Olorí-ikin, es representado por una semilla de Oluró, (rey de los ikines) posee en su estructura las vetas de la prosperidad. Este va colocado en un estuche cilíndrico, de madera, en la parte inferior de la tapa del recipiente, que contiene el resto de los ikines; el representa el Orí Inú de los restantes 40 ikines.
Ờpęlę ó cadena de Adivinación: Precisamente, el Ờpęlę, constituye el segundo atributo en grado de importancia de la deidad de la sabiduría, es el instrumento compuesto por ocho medias conchas de semillas, estas conchas son atadas en sus extremos por pedazos de cadena, de modo tal que quedan 4 de cada lado, y tomándose por el centro, es lanzado, sobre el tablero de Ifá, o la estera, en la parte inferior derecha, se atan cawries y cuentas, señalando, que esa es la porción de 4 conchas, que al ser lanzado el Ờpęlę revela un Odù, que es mayor que el de la parte de las 4 conchas del lado izquierdo, en este lado izquierdo, se atan cascabeles o pedazos de cadena.
Bandeja de adivinación o tablero de Ifá: Opón Ifá es la bandeja adivinatoria. Es uno de los instrumentos usados por cualquier babaláwo.
Opón Ifá, está hecha de madera de Ikoko, Agbalumó o de cualquier otro árbol de esta categoría.
Normalmente es plana, y de forma rectangular o circular, también están cortadas con una variedad de diseños que incluyen, representaciones humanas, animales y formas u objetos espirituales. Objetos como son: víboras, ranas, caracoles o tortugas y lagartos son muy comunes. Opón Ifá debe tener por lo menos, un lado estilizado, representando a Ęşú Odara cono el ojo que lo ve todo en la adivinación. En cada Opón de Ifá, estos lados pueden ser 2, 4 o hasta 8.
Hay dos tipos de Opón de Ifá. El grande debe tener entre 15 y 50 cm. De diámetro, este se usa para hacer sacrificios y para poner el Odù en Iyerosum durante la adivinación. El segundo tipo es más pequeño que el primero, normalmente entre 10 y 15 cm. De diámetro. Es usada para recitar apropiadamente conjuros en la preparación de medicinas. Nunca es usada para sacrificios. La Opón Ifa grande deberá ser usada en lugar de la pequeña, si el medicamento es mucho y no cabe en esta.
Ifá nombra Opón como Alaikú, (el que nunca morirá) esto es que cuando Opón es usada para la adivinación, en el momento que el Odù es marcado, el mensaje empezará a salir de acuerdo con lo que está en Opón. Como un hecho, se cree que durante el período de Orúnmìlá en la tierra el acostumbraba a “sentarse” en el Opón antes de hablar, es por eso que el Odù se debe sentar primero antes que el babaláwo empiece a hablar.
La vara de autoridad o Aşé: Iróke o Irofá: El Iróke, golpeador divino, es usado para invocar a Orúnmìlá, en el momento de la adivinación se golpea, el Opón suavemente, con el lado puntiagudo del Iróke. Este es de forma larga y delgada, tallado de marfil, y algunas veces de bronce o madera, y está cubierto de cuentas. El largo de el tos varía entre 20 y 30 cm. Este puede ser considerado como una combinación de tres secciones:
1. La sección superior es puntiaguda, no lleva decoración, y puede o no tenr la base, para que sea considerado aceptable para la adivinación.
2. La sección del medio usualmente es una cabeza humana o una figura de mujer desnuda y arrodillada, aguantándose los senos, Por lo general esta sección, va combinada con la superior, pero no necesariamente con la base o sección inferior.
3. La sección inferior que viene a ser la base, no tiene causa fija, se trata de un cono o cilindro hueco, que en su parte interior tiene un badajo para ser tocado como una campana durante la invocación a Orúnmìlá.
Receptáculo o sopera de Ifá (Ajere Ifá, o Iborí Ifá): Bajo condiciones normales, el Ikin debe tener su propio contenedor, llamado Awo Ifá, de cualquier manera, durante el proceso de adivinación, Ajere es usado como un contenedor temporal. Ajere es siempre muy cercano a Ifá. En Ogunda Tasiá
( Ogunda Otúra) Ifá dice:
Isu ú kú El tubérculo del camote murió
Isu ú fara jo oro El tubérculo del camote parece cactus
Abatá sunwón, sunwón se gbedegun El lugar del pantano esta seco y sereno
Dia fun Okankanlékú Irúmole Ellos fueron los que consultaron a Ifá para los 401 Irúnmolé
Won ´nlo réé fé Ajere Cuando fue a pedir la mano de Ajere
Tíí somo Ajalorun La hija de Ajalórun (deidad Celestial)
Dia fún Orúnmila Ellos también consultaron Ifá para Orúnmìlá
Ifá ´nlo réé fé Ajere Cuando fue a pedir la mano de Ajere
Tíí somo Ajalorun La hija de Ajalorún
Orúnmila ló wa fé Ajere Por favor deja que ilumine para mi poder ver déjame ser capaz de ver a Ajere
Tíí somo Ajalorun La hija de Ajalorún
Njé Imonmó dá ki n ráye Deja que se ilumine para mi poder ver
Kí ´n rí Ajere ó Permítame ver a Ajere
Imonmo dá ki n ráye
Kí ´n rí Ajere ó
Los 401 Irunmole querían a Ajere como su esposa, solo Orúnmìlá fue capaz de pasar la prueba establecida por Ajalorun. Desde ese momento Ajalorun ordenó que Ajere nunca se separara de Ifá, es por eso que Ajere siempre se encuentra cerca de Ifá.
Òrúnmìlà es el Òrìşà de la adivinación, el fue puesto ahí para dar sabios consejos a los Òrìşà y a la humanidad. El cielo es la casa y la tierra es el mercado, para que aprendamos muchas lecciones necesarias. Òrúnmìlà es el espíritu de la intuición y la premonición. El nos da una percepción de todas las cosas que están alrededor nuestras. Él es el primero que nos da un mapa de nuestro destino. Este es el que justamente debemos utilizar y seguir. El pronostica los eventos que se producirán en nuestra vida o nos permitirá conocer el porque de ciertas cosas que han pasado o pasaran con y por nosotros. Ifá dice todo aquello que deseamos conocer.
Ờpęlę ó cadena de Adivinación: Precisamente, el Ờpęlę, constituye el segundo atributo en grado de importancia de la deidad de la sabiduría, es el instrumento compuesto por ocho medias conchas de semillas, estas conchas son atadas en sus extremos por pedazos de cadena, de modo tal que quedan 4 de cada lado, y tomándose por el centro, es lanzado, sobre el tablero de Ifá, o la estera, en la parte inferior derecha, se atan cawries y cuentas, señalando, que esa es la porción de 4 conchas, que al ser lanzado el Ờpęlę revela un Odù, que es mayor que el de la parte de las 4 conchas del lado izquierdo, en este lado izquierdo, se atan cascabeles o pedazos de cadena.
Bandeja de adivinación o tablero de Ifá: Opón Ifá es la bandeja adivinatoria. Es uno de los instrumentos usados por cualquier babaláwo.
Opón Ifá, está hecha de madera de Ikoko, Agbalumó o de cualquier otro árbol de esta categoría.
Normalmente es plana, y de forma rectangular o circular, también están cortadas con una variedad de diseños que incluyen, representaciones humanas, animales y formas u objetos espirituales. Objetos como son: víboras, ranas, caracoles o tortugas y lagartos son muy comunes. Opón Ifá debe tener por lo menos, un lado estilizado, representando a Ęşú Odara cono el ojo que lo ve todo en la adivinación. En cada Opón de Ifá, estos lados pueden ser 2, 4 o hasta 8.
Hay dos tipos de Opón de Ifá. El grande debe tener entre 15 y 50 cm. De diámetro, este se usa para hacer sacrificios y para poner el Odù en Iyerosum durante la adivinación. El segundo tipo es más pequeño que el primero, normalmente entre 10 y 15 cm. De diámetro. Es usada para recitar apropiadamente conjuros en la preparación de medicinas. Nunca es usada para sacrificios. La Opón Ifa grande deberá ser usada en lugar de la pequeña, si el medicamento es mucho y no cabe en esta.
Ifá nombra Opón como Alaikú, (el que nunca morirá) esto es que cuando Opón es usada para la adivinación, en el momento que el Odù es marcado, el mensaje empezará a salir de acuerdo con lo que está en Opón. Como un hecho, se cree que durante el período de Orúnmìlá en la tierra el acostumbraba a “sentarse” en el Opón antes de hablar, es por eso que el Odù se debe sentar primero antes que el babaláwo empiece a hablar.
La vara de autoridad o Aşé: Iróke o Irofá: El Iróke, golpeador divino, es usado para invocar a Orúnmìlá, en el momento de la adivinación se golpea, el Opón suavemente, con el lado puntiagudo del Iróke. Este es de forma larga y delgada, tallado de marfil, y algunas veces de bronce o madera, y está cubierto de cuentas. El largo de el tos varía entre 20 y 30 cm. Este puede ser considerado como una combinación de tres secciones:
1. La sección superior es puntiaguda, no lleva decoración, y puede o no tenr la base, para que sea considerado aceptable para la adivinación.
2. La sección del medio usualmente es una cabeza humana o una figura de mujer desnuda y arrodillada, aguantándose los senos, Por lo general esta sección, va combinada con la superior, pero no necesariamente con la base o sección inferior.
3. La sección inferior que viene a ser la base, no tiene causa fija, se trata de un cono o cilindro hueco, que en su parte interior tiene un badajo para ser tocado como una campana durante la invocación a Orúnmìlá.
Receptáculo o sopera de Ifá (Ajere Ifá, o Iborí Ifá): Bajo condiciones normales, el Ikin debe tener su propio contenedor, llamado Awo Ifá, de cualquier manera, durante el proceso de adivinación, Ajere es usado como un contenedor temporal. Ajere es siempre muy cercano a Ifá. En Ogunda Tasiá
( Ogunda Otúra) Ifá dice:
Isu ú kú El tubérculo del camote murió
Isu ú fara jo oro El tubérculo del camote parece cactus
Abatá sunwón, sunwón se gbedegun El lugar del pantano esta seco y sereno
Dia fun Okankanlékú Irúmole Ellos fueron los que consultaron a Ifá para los 401 Irúnmolé
Won ´nlo réé fé Ajere Cuando fue a pedir la mano de Ajere
Tíí somo Ajalorun La hija de Ajalórun (deidad Celestial)
Dia fún Orúnmila Ellos también consultaron Ifá para Orúnmìlá
Ifá ´nlo réé fé Ajere Cuando fue a pedir la mano de Ajere
Tíí somo Ajalorun La hija de Ajalorún
Orúnmila ló wa fé Ajere Por favor deja que ilumine para mi poder ver déjame ser capaz de ver a Ajere
Tíí somo Ajalorun La hija de Ajalorún
Njé Imonmó dá ki n ráye Deja que se ilumine para mi poder ver
Kí ´n rí Ajere ó Permítame ver a Ajere
Imonmo dá ki n ráye
Kí ´n rí Ajere ó
Los 401 Irunmole querían a Ajere como su esposa, solo Orúnmìlá fue capaz de pasar la prueba establecida por Ajalorun. Desde ese momento Ajalorun ordenó que Ajere nunca se separara de Ifá, es por eso que Ajere siempre se encuentra cerca de Ifá.
Òrúnmìlà es el Òrìşà de la adivinación, el fue puesto ahí para dar sabios consejos a los Òrìşà y a la humanidad. El cielo es la casa y la tierra es el mercado, para que aprendamos muchas lecciones necesarias. Òrúnmìlà es el espíritu de la intuición y la premonición. El nos da una percepción de todas las cosas que están alrededor nuestras. Él es el primero que nos da un mapa de nuestro destino. Este es el que justamente debemos utilizar y seguir. El pronostica los eventos que se producirán en nuestra vida o nos permitirá conocer el porque de ciertas cosas que han pasado o pasaran con y por nosotros. Ifá dice todo aquello que deseamos conocer.
10/09/2010
MITOS Y LEYENDAS SOBRE ODUDUWA.
Narra una tradición de Benin, que Oduduwa fue un príncipe de ese pueblo cuyo nombre era Ekaladerhan y que fue confinado por su padre Owodo,el último Ogiso, título con el que se designaba a los gobernantes de Benin, nombre de un reinado enclavado en tierra nigeriana y que actualmente se denomina estado de Bendel. Ekaladerhan era hijo único de Owodo. Cuentan que, como resultado de una intriga familiar, las esposas de Owodo se reunieron con él y después de mucho discutir, lo convencieron de que según el oráculo, tenía que matar a su hijo o de lo contrario, ellas no tendrían más hijos. Se dice que el Ogiso meditó por largo tiempo; pero finalmente decidió no matar a su primogénito sino desterrarlo lejos.
Afirman los habitantes de Benin, llamados por aquel entonces igodomigodos, que el día en que Ekaladerhan abandonó la ciudad con sus seguidores, fue un día doloroso, afligido, angustioso, un día frío, sin lluvia ni sol y que el pueblo todo se conmovió y consternó al conocer la desdicha ocurrida. Ellos, que habían albergado la esperanza de que el príncipe Ekaladerhan sucediese a su padre cuando este falleciera, sobre todo teniendo en cuenta que en aquella época ya 30 ogisos habían renunciado al poder como consecuencia de pugnas y conflictos internos, ahora veían sus planes frustrados y sufrían la mácula de un rey renegando de su hijo. Como castigo al imperdonable proceder del ogiso Owodo, el pueblo decidió destronarle.
Los que han oído esta leyenda dicen que este acontecimiento fue seguido por un largo y tormentoso período de gran inestabilidad política en el antiguo Benin. Asimismo, afirman que cuando Ekaladerhan fue expulsado por su padre arribó a Ilé-Ifé con sus acompañantes y la gente de aquel lugar los miraba con ojos extrañados y asombrados, sin poder entender la lengua que hablaban. Dicen que Ekaladerhan después de haber andado un largo tramo, seguido por un grupo de curiosos, buscó un espacio apropiado y se sentó; escudriñado aún por las miradas atónitas de quienes en aquel instante lo rodeaban y contó su triste historia en lengua bini, desconocida por los moradores de Ilé-Ifé.
Los que después entendieron dijeron que durante su narración, Ekaladerhan explicó cómo él había sido fiel a su padre, a quien respetaba y admiraba; sin embargo, este, guiado por la intriga y la ignorancia, en un acto de injusticia y de crueldad, lo había expulsado de su reino. Añadió cómo en estas circunstancias, de príncipe había pasado a mísero vagabundo, sin gloria ni fortuna. Cuentan que de todas las palabras pronunciadas por el antiguo príncipe, la que más fijación tuvo en la mente de los pobladores de Ilé-Ifé fue Iduduwa. Siempre que se conversaba con él se le escuchaba decir esta palabra. Con el tiempo se supo que esta pertenecía a la lengua bini, cuyo significado era pesar, aflicción, remordimiento, literalmente significaba tropecé con la fortuna .Los habitantes de Ilé-Ifé interpretaron el vocablo Iduduwa como el nombre de Ekaladerhan y tergiversando su pronunciación comenzaron a llamarle Oduduwa.
Recuerda la tradición que un día llegaron a Ilé-Ifé varios mensajeros de los igodomigodos para informarle al príncipe la muerte de su padre y suplicarle que retornara a su pueblo natal con el fin de asumir el trono. En esa época Oduduwa había establecido su propio gobierno, tenía su familia y había perdido todo interés en regresar al lugar de donde lo habían expulsado, por lo que se negó rotundamente a la súplica de los enviados, quienes insistieron hablándole de la necesidad de frenar la subida y caída de ogisos unos tras otros, hablaron de los tiempos de la mala muerte y sin cosechas, de la desconfianza hecha persona apareciendo por todas partes; le prometieron que con él serían el uno para el otro y el otro para el uno, que cuidarían la unidad de Igodomigodo como a la niña de los ojos de Dios que todo lo ve.
Oduduwa parecía no escucharlos. Mientras los mensajeros hablaban él se mantuvo todo el tiempo con los ojos cerrados como inmerso en reposado sueño. De súbito y como si despertara de una larga reflexión, exclamó ¡De acuerdo! Les prometo enviar a mi hijo Oranyán y garantías doy de él sabrá gobernar tanto o mejor que yo. Entonces los mensajeros, con rostro alegre y solemne, inclinando la cabeza murmuraron: ¡Que así sea¡ ¡que así sea¡ Y continuó hablando el viejo:
Ante todo tienen que darme una prueba de que ustedes y los que están antes y después de ustedes allá en Igodomigodo han alcanzado la cumbre de la seriedad y responsabilidad. Los mensajeros se comprometieron en nombre de ellos y de los demás. Oduduwa hizo una propuesta y cumplió, Envió 7 piojos a los jefes de aquella ciudad para que los cuidaran y retornaran a los 3 años, si es que eran capaces de conservarlos. Transcurrió el tiempo y los piojos fueron devueltos sanos, salvos, crecidos y engordados y hasta tenían mejor color.
Oduduwa conmovido e impresionado por tal actitud terminó por concluir que un pueblo capaz de cuidar con tanta tenacidad y esmero a 7 insectos insignificantes, bien podía ser merecedor de recibir a su hijo y lo envió. Para los habitantes de Benin esta es la historia que explica que se le atribuya a Oranyán ser el fundador de aquel reinado y el considerar al rey de Ilé-Ifé como su propio y auténtico monarca. De acuerdo con esta leyenda, Oranyán llegó a Benin donde gobernó y se casó, tuvo un hijo llamado Eweka y después de habitar durante varios años el palacio de Usuma, regresó a Ilé-Ifé. Se dice que entonces Eweka ascendió al trono de Benin como Eweka 1. Esto ocurrió alrededor del 1200 d.n.e.
Entre los relatos conocidos sobre Oduduwa no falta el que lo define como una mujer. En el libro Religión of the Yorubas, de Olumide Lucas se plantea que esta fue una deidad mujer, esposa de Obatalá. Este autor llega a afirmar que es una diosa sobreviviente de una deidad del antiguo Egipto y que el nombre Oduduwa puede ser dividido en dos: Odu y Dua. La palabra Odu significa “un jefe”, un gran personaje, mientras que la palabra dua viene de la antigua palabra egipcia dua-t, que significa “el otro mundo”. Por tanto, Odu-Dua significa “el caballero del otro mundo” o la “amante del otro mundo”. El autor explica que el título de caballero del otro mundo se le aplicó primeramente a Ra y a Osiris y después a los otros dioses y diosas del otro mundo. Lo cierto es que esta versión de Oduduwa mujer es la menos creíble e inconsistente de cuantas se han dado acerca de esta figura.
Una versión de carácter histórico nos muestra a Oduduwa también llamado Oodua u Olofin como un guerrero que se enfrenta a Obatalá, líder del pueblo Igbo, asentado en Ilé-Ifé. Se especula que Oduduwa ordenó la redacción de una Constitución para el pueblo de Ilé-Ifé y el establecimiento de un gobierno que debía estar encabezado por él. Al enterarse Obatalá de esta decisión se opuso tajantemente, alegando que él tenía tantos o más méritos que Oduduwa. Como consecuencia de las contradicciones entre ambos líderes Obatalá no tardó en alzarse en las colinas de Ifé siendo seguido por su gente. Después de larga y encarnizada contienda Obatalá fue derrotado por Oduduwa y sus hombres.
Un historiador nigeriano relata que antes de Oduduwa existían 13 grupos de aldeas en Ilé-Ifé y este pertenecía a uno de ellos. Cada aldea tenía un jefe o rey (oba) y entre estos se rotaba el gobierno.
Durante el régimen de Obatalá, Oduduwa pertenecía a un grupo que habitaba en las colinas de Oke Ora y desde ese lugar se enfrentó a él. Esta lucha duró una generación y al final se impuso el grupo de Oduduwa quien logró la victoria gracias al decisivo apoyo de una bella y hermosa mujer llamada Moremi.
Refiere una tradición que cuando el conflicto estalló entre los dos bandos, Moremi, que pertenecía a las huestes de Oduduwa y de quien se dice que fue su esposa, se preguntaba una y mil veces cuál era el secreto de los fáciles triunfos obtenidos por el enemigo. Obsesionada por esta idea cuéntese que Moremi fue al río y prometió a los dioses que si ella lograba desentrañar el secreto de Obatalá, en recompensa sacrificaría a su único hijo nombrado Oluorogbo. Según esta leyenda la bella Moremi dejóse capturar por los igbo, que eran gente de Obatalá y una vez en el campamento de estos pudo conocer en qué consistía su táctica de combate. El misterio radicaba en que los soldados obatalenses cubrían su cuerpo con hojas para hacerse pasar por espíritus, por consiguiente, siempre que los seguidores de Oduduwa veían aquellas matas vivientes caminando huían sin que nadie los pudiera detener. Hay quien cuenta que Moremi pudo conocer el secreto cuando el rey de los igbo la hizo su mujer y entonces ella se ganó la confianza del mismo. Moremi logró huir y se lo contó todo a Oduduwa. A partir del descubrimiento hecho por la heroína no hubo más desbandada y Oduduwa resultó vencedor. Moremi cumplió su promesa sacrificando a su hijo en el río Ezimirin.
Después de la victoria de Oduduwa éste se dedicó a establecer una monarquía bien organizada y unió a las 13 aldeas. Algunos investigadores afirman que después de la muerte de Oduduwa ambos grupos se unieron mediante un acuerdo en el cual la autoridad política la ejercían los seguidores de Oduduwa a través de un símbolo, la corona de Are, mientras que los fieles a Obatalá adquirieron la autoridad religiosa. A Obatalá también se le da una gran significación como artista jefe, planteándose que durante su predominio entre los igbo el título Obatalá tenía carácter supremo y fue cuando se produjo el nacimiento de las grandes obras maestras de la artesanía.
Para Abimbola, prestigioso profesor e investigador yorùbá, Rector de la Universidad de Ilé-Ifé y autor de varias obras sobre las tradiciones y creencias de este pueblo, así como también para otros autores, Oduduwa fue quien creó el gobierno moderno y las instituciones y organizaciones que hicieron famosa a la nación yoruba. Según Abimbola, Oduduwa fue el primer Ooni u Olofi. Tuvo varias esposas entre las que se encontraban Olokun Seniade, Osara y Ojummo-Yanda. Algunos plantean que tuvo siete hijos.
El prestigioso historiador Basil Davidson en su obra A History of West Africa 1000-1800, menciona que uno de los hijos de Oduduwa se convirtió en el primer alafín de Oyó, así como en el padre del primer oba de Benin. Otro de sus hijos fue el primer onisabe de Sabe; se habla de una hija mayor de quien se dice fue madre del primer alaketu de Ketu en Dahomey, mientras otra hija dio a luz al primer olowu de Owu. Dicen que murió ciego a los 150 años.
Mientras más hurgamos en la historia Yorubá mayores son las coincidencias en situarle una existencia real a la figura de Oduduwa. El Dr. A. Atanda en un interesante estudio sobre este tema escribió lo siguiente: “Fuera Oduduwa un emigrante o un aventurero político, su advenimiento fue un pilar en la historia del pueblo yorùbá. Ilé-Ifé alcanzó preeminencia debido a este hombre. Cualquiera que fuese su origen la tradición tiene claro que luchó por la dirigencia política en la tierra yorùbá y también tuvo que guiar al pueblo de Ifé a soportar y derrotar la agresión de algunos poderosos vecinos decididos a destruir el naciente reino. Finalmente se considera que la revolución de Oduduwa tuvo lugar a finales del siglo 9 y principios del 10. A partir de él se crearon los demás reinos e imperios yorubás.
Afirman los habitantes de Benin, llamados por aquel entonces igodomigodos, que el día en que Ekaladerhan abandonó la ciudad con sus seguidores, fue un día doloroso, afligido, angustioso, un día frío, sin lluvia ni sol y que el pueblo todo se conmovió y consternó al conocer la desdicha ocurrida. Ellos, que habían albergado la esperanza de que el príncipe Ekaladerhan sucediese a su padre cuando este falleciera, sobre todo teniendo en cuenta que en aquella época ya 30 ogisos habían renunciado al poder como consecuencia de pugnas y conflictos internos, ahora veían sus planes frustrados y sufrían la mácula de un rey renegando de su hijo. Como castigo al imperdonable proceder del ogiso Owodo, el pueblo decidió destronarle.
Los que han oído esta leyenda dicen que este acontecimiento fue seguido por un largo y tormentoso período de gran inestabilidad política en el antiguo Benin. Asimismo, afirman que cuando Ekaladerhan fue expulsado por su padre arribó a Ilé-Ifé con sus acompañantes y la gente de aquel lugar los miraba con ojos extrañados y asombrados, sin poder entender la lengua que hablaban. Dicen que Ekaladerhan después de haber andado un largo tramo, seguido por un grupo de curiosos, buscó un espacio apropiado y se sentó; escudriñado aún por las miradas atónitas de quienes en aquel instante lo rodeaban y contó su triste historia en lengua bini, desconocida por los moradores de Ilé-Ifé.
Los que después entendieron dijeron que durante su narración, Ekaladerhan explicó cómo él había sido fiel a su padre, a quien respetaba y admiraba; sin embargo, este, guiado por la intriga y la ignorancia, en un acto de injusticia y de crueldad, lo había expulsado de su reino. Añadió cómo en estas circunstancias, de príncipe había pasado a mísero vagabundo, sin gloria ni fortuna. Cuentan que de todas las palabras pronunciadas por el antiguo príncipe, la que más fijación tuvo en la mente de los pobladores de Ilé-Ifé fue Iduduwa. Siempre que se conversaba con él se le escuchaba decir esta palabra. Con el tiempo se supo que esta pertenecía a la lengua bini, cuyo significado era pesar, aflicción, remordimiento, literalmente significaba tropecé con la fortuna .Los habitantes de Ilé-Ifé interpretaron el vocablo Iduduwa como el nombre de Ekaladerhan y tergiversando su pronunciación comenzaron a llamarle Oduduwa.
Recuerda la tradición que un día llegaron a Ilé-Ifé varios mensajeros de los igodomigodos para informarle al príncipe la muerte de su padre y suplicarle que retornara a su pueblo natal con el fin de asumir el trono. En esa época Oduduwa había establecido su propio gobierno, tenía su familia y había perdido todo interés en regresar al lugar de donde lo habían expulsado, por lo que se negó rotundamente a la súplica de los enviados, quienes insistieron hablándole de la necesidad de frenar la subida y caída de ogisos unos tras otros, hablaron de los tiempos de la mala muerte y sin cosechas, de la desconfianza hecha persona apareciendo por todas partes; le prometieron que con él serían el uno para el otro y el otro para el uno, que cuidarían la unidad de Igodomigodo como a la niña de los ojos de Dios que todo lo ve.
Oduduwa parecía no escucharlos. Mientras los mensajeros hablaban él se mantuvo todo el tiempo con los ojos cerrados como inmerso en reposado sueño. De súbito y como si despertara de una larga reflexión, exclamó ¡De acuerdo! Les prometo enviar a mi hijo Oranyán y garantías doy de él sabrá gobernar tanto o mejor que yo. Entonces los mensajeros, con rostro alegre y solemne, inclinando la cabeza murmuraron: ¡Que así sea¡ ¡que así sea¡ Y continuó hablando el viejo:
Ante todo tienen que darme una prueba de que ustedes y los que están antes y después de ustedes allá en Igodomigodo han alcanzado la cumbre de la seriedad y responsabilidad. Los mensajeros se comprometieron en nombre de ellos y de los demás. Oduduwa hizo una propuesta y cumplió, Envió 7 piojos a los jefes de aquella ciudad para que los cuidaran y retornaran a los 3 años, si es que eran capaces de conservarlos. Transcurrió el tiempo y los piojos fueron devueltos sanos, salvos, crecidos y engordados y hasta tenían mejor color.
Oduduwa conmovido e impresionado por tal actitud terminó por concluir que un pueblo capaz de cuidar con tanta tenacidad y esmero a 7 insectos insignificantes, bien podía ser merecedor de recibir a su hijo y lo envió. Para los habitantes de Benin esta es la historia que explica que se le atribuya a Oranyán ser el fundador de aquel reinado y el considerar al rey de Ilé-Ifé como su propio y auténtico monarca. De acuerdo con esta leyenda, Oranyán llegó a Benin donde gobernó y se casó, tuvo un hijo llamado Eweka y después de habitar durante varios años el palacio de Usuma, regresó a Ilé-Ifé. Se dice que entonces Eweka ascendió al trono de Benin como Eweka 1. Esto ocurrió alrededor del 1200 d.n.e.
Entre los relatos conocidos sobre Oduduwa no falta el que lo define como una mujer. En el libro Religión of the Yorubas, de Olumide Lucas se plantea que esta fue una deidad mujer, esposa de Obatalá. Este autor llega a afirmar que es una diosa sobreviviente de una deidad del antiguo Egipto y que el nombre Oduduwa puede ser dividido en dos: Odu y Dua. La palabra Odu significa “un jefe”, un gran personaje, mientras que la palabra dua viene de la antigua palabra egipcia dua-t, que significa “el otro mundo”. Por tanto, Odu-Dua significa “el caballero del otro mundo” o la “amante del otro mundo”. El autor explica que el título de caballero del otro mundo se le aplicó primeramente a Ra y a Osiris y después a los otros dioses y diosas del otro mundo. Lo cierto es que esta versión de Oduduwa mujer es la menos creíble e inconsistente de cuantas se han dado acerca de esta figura.
Una versión de carácter histórico nos muestra a Oduduwa también llamado Oodua u Olofin como un guerrero que se enfrenta a Obatalá, líder del pueblo Igbo, asentado en Ilé-Ifé. Se especula que Oduduwa ordenó la redacción de una Constitución para el pueblo de Ilé-Ifé y el establecimiento de un gobierno que debía estar encabezado por él. Al enterarse Obatalá de esta decisión se opuso tajantemente, alegando que él tenía tantos o más méritos que Oduduwa. Como consecuencia de las contradicciones entre ambos líderes Obatalá no tardó en alzarse en las colinas de Ifé siendo seguido por su gente. Después de larga y encarnizada contienda Obatalá fue derrotado por Oduduwa y sus hombres.
Un historiador nigeriano relata que antes de Oduduwa existían 13 grupos de aldeas en Ilé-Ifé y este pertenecía a uno de ellos. Cada aldea tenía un jefe o rey (oba) y entre estos se rotaba el gobierno.
Durante el régimen de Obatalá, Oduduwa pertenecía a un grupo que habitaba en las colinas de Oke Ora y desde ese lugar se enfrentó a él. Esta lucha duró una generación y al final se impuso el grupo de Oduduwa quien logró la victoria gracias al decisivo apoyo de una bella y hermosa mujer llamada Moremi.
Refiere una tradición que cuando el conflicto estalló entre los dos bandos, Moremi, que pertenecía a las huestes de Oduduwa y de quien se dice que fue su esposa, se preguntaba una y mil veces cuál era el secreto de los fáciles triunfos obtenidos por el enemigo. Obsesionada por esta idea cuéntese que Moremi fue al río y prometió a los dioses que si ella lograba desentrañar el secreto de Obatalá, en recompensa sacrificaría a su único hijo nombrado Oluorogbo. Según esta leyenda la bella Moremi dejóse capturar por los igbo, que eran gente de Obatalá y una vez en el campamento de estos pudo conocer en qué consistía su táctica de combate. El misterio radicaba en que los soldados obatalenses cubrían su cuerpo con hojas para hacerse pasar por espíritus, por consiguiente, siempre que los seguidores de Oduduwa veían aquellas matas vivientes caminando huían sin que nadie los pudiera detener. Hay quien cuenta que Moremi pudo conocer el secreto cuando el rey de los igbo la hizo su mujer y entonces ella se ganó la confianza del mismo. Moremi logró huir y se lo contó todo a Oduduwa. A partir del descubrimiento hecho por la heroína no hubo más desbandada y Oduduwa resultó vencedor. Moremi cumplió su promesa sacrificando a su hijo en el río Ezimirin.
Después de la victoria de Oduduwa éste se dedicó a establecer una monarquía bien organizada y unió a las 13 aldeas. Algunos investigadores afirman que después de la muerte de Oduduwa ambos grupos se unieron mediante un acuerdo en el cual la autoridad política la ejercían los seguidores de Oduduwa a través de un símbolo, la corona de Are, mientras que los fieles a Obatalá adquirieron la autoridad religiosa. A Obatalá también se le da una gran significación como artista jefe, planteándose que durante su predominio entre los igbo el título Obatalá tenía carácter supremo y fue cuando se produjo el nacimiento de las grandes obras maestras de la artesanía.
Para Abimbola, prestigioso profesor e investigador yorùbá, Rector de la Universidad de Ilé-Ifé y autor de varias obras sobre las tradiciones y creencias de este pueblo, así como también para otros autores, Oduduwa fue quien creó el gobierno moderno y las instituciones y organizaciones que hicieron famosa a la nación yoruba. Según Abimbola, Oduduwa fue el primer Ooni u Olofi. Tuvo varias esposas entre las que se encontraban Olokun Seniade, Osara y Ojummo-Yanda. Algunos plantean que tuvo siete hijos.
El prestigioso historiador Basil Davidson en su obra A History of West Africa 1000-1800, menciona que uno de los hijos de Oduduwa se convirtió en el primer alafín de Oyó, así como en el padre del primer oba de Benin. Otro de sus hijos fue el primer onisabe de Sabe; se habla de una hija mayor de quien se dice fue madre del primer alaketu de Ketu en Dahomey, mientras otra hija dio a luz al primer olowu de Owu. Dicen que murió ciego a los 150 años.
Mientras más hurgamos en la historia Yorubá mayores son las coincidencias en situarle una existencia real a la figura de Oduduwa. El Dr. A. Atanda en un interesante estudio sobre este tema escribió lo siguiente: “Fuera Oduduwa un emigrante o un aventurero político, su advenimiento fue un pilar en la historia del pueblo yorùbá. Ilé-Ifé alcanzó preeminencia debido a este hombre. Cualquiera que fuese su origen la tradición tiene claro que luchó por la dirigencia política en la tierra yorùbá y también tuvo que guiar al pueblo de Ifé a soportar y derrotar la agresión de algunos poderosos vecinos decididos a destruir el naciente reino. Finalmente se considera que la revolución de Oduduwa tuvo lugar a finales del siglo 9 y principios del 10. A partir de él se crearon los demás reinos e imperios yorubás.
ORIGENES DE ODUDUWA
Dicen que Oduduwa, fue expulsado de la Meca, después de conspirar contra el Islamismo, se plantea que era hijo, príncipe heredero de un rey llamado Lamurudu. El y sus seguidores tuvieron que abandonar la Meca, y emprender una larga y fatigosa marcha hasta llegar hasta Ile-Ife, caminando 90 días con sus noches. Todo ello ocurrió después de Mahoma (632).
En su afán de transformar el Islam al Paganismo, Oduduwa, convirtió la mezquita grande de la ciudad en un templo, y de la noche a la mañana, este fue visto lleno de ídolos, fabricados por un sacerdote de nombre Asara, quien tenía un hijo nombrado Braima, Braima creia tanto en el Islam, como en el día de su nacimiento. Durante su juventud, vendía los ídolos de su padre y como era tan fanático al Islam, aborrecía tener que vender imágenes.
Cuando Braima pregonaba la venta de sus artículos, decía: ¿Quién quiere comprar falsedades? Braima creció con tanto odio en el corazón, que cuando tuvo edad suficiente, destruyó a hachazos los dioses de su padre. El hacha principal, quedó colgando en el cuello del ídolo principal con figura humana. Al principio se desconocía el autor de la herejía, pero pronto se investigó y descubrió quién había sido el iconoclasta, que al ser interrogado dijo: “Pregúntenle a ese gran ídolo quien fue el que lo hizo”. Los interrogadores le preguntaron si el creía que el ídolo podía hablar, y dicen que Braima contestó: ¿Por qué veneran cosas que no hablan?
Entonces se recopilaron mil pilas de leña para la hoguera, y trajeron varias ollas de aceite para encenderlas. Braima murió quemado por acto de grosería y profanación, estallo la guerra civil y los mahometanos más poderosos, liquidaron a los partidarios de Oduduwa. Lamurudu fue asesinado, y todos sus hijos y seguidores expulsados de la cuidad. De acuerdo con las tradiciones citadas por Samuel Johnson, en su famosa obra, Histori of Yoruba, está resuelta una de las grandes interpretaciones de los yorubas, que afirman que estos proceden de algún lugar del Oriente, que pudiera ser: La Meca, El alto Egipto, Nubia o el Nilo.
Según la versión de Johnson, Oduduwa, y sus hijos juraron odio mortal contra los musulmanes de su país y decidieron vengarse de ellos, pero Oduduwa, falleció en Ile-Ife, antes de ser lo suficientemente fuerte como para emprender una marcha contra sus enemigos. De acuerdo con esa tradición, Okambí hijo mayor de Oduduwa, comúnmente llamado Ideko Sedoake, también dejo de existir en Ile-Ife, dejando a siete príncipes y princesas, de quienes descendieron varias tribus de la nación Yoruba.
En su afán de transformar el Islam al Paganismo, Oduduwa, convirtió la mezquita grande de la ciudad en un templo, y de la noche a la mañana, este fue visto lleno de ídolos, fabricados por un sacerdote de nombre Asara, quien tenía un hijo nombrado Braima, Braima creia tanto en el Islam, como en el día de su nacimiento. Durante su juventud, vendía los ídolos de su padre y como era tan fanático al Islam, aborrecía tener que vender imágenes.
Cuando Braima pregonaba la venta de sus artículos, decía: ¿Quién quiere comprar falsedades? Braima creció con tanto odio en el corazón, que cuando tuvo edad suficiente, destruyó a hachazos los dioses de su padre. El hacha principal, quedó colgando en el cuello del ídolo principal con figura humana. Al principio se desconocía el autor de la herejía, pero pronto se investigó y descubrió quién había sido el iconoclasta, que al ser interrogado dijo: “Pregúntenle a ese gran ídolo quien fue el que lo hizo”. Los interrogadores le preguntaron si el creía que el ídolo podía hablar, y dicen que Braima contestó: ¿Por qué veneran cosas que no hablan?
Entonces se recopilaron mil pilas de leña para la hoguera, y trajeron varias ollas de aceite para encenderlas. Braima murió quemado por acto de grosería y profanación, estallo la guerra civil y los mahometanos más poderosos, liquidaron a los partidarios de Oduduwa. Lamurudu fue asesinado, y todos sus hijos y seguidores expulsados de la cuidad. De acuerdo con las tradiciones citadas por Samuel Johnson, en su famosa obra, Histori of Yoruba, está resuelta una de las grandes interpretaciones de los yorubas, que afirman que estos proceden de algún lugar del Oriente, que pudiera ser: La Meca, El alto Egipto, Nubia o el Nilo.
Según la versión de Johnson, Oduduwa, y sus hijos juraron odio mortal contra los musulmanes de su país y decidieron vengarse de ellos, pero Oduduwa, falleció en Ile-Ife, antes de ser lo suficientemente fuerte como para emprender una marcha contra sus enemigos. De acuerdo con esa tradición, Okambí hijo mayor de Oduduwa, comúnmente llamado Ideko Sedoake, también dejo de existir en Ile-Ife, dejando a siete príncipes y princesas, de quienes descendieron varias tribus de la nación Yoruba.
NUMEROLOGIA DEL 1 AL 20 EN LA LENGUA YORUBÁ.
-Observar que los numeros terminados en 5 siempre tienen doble nombre., aprovechando las dos formas prefijadas con eed...m-eed.
Esa duplicidad numérica UD la observara en el 10, 20, 40, 80, 100.
Desde el 1 al 20 inclusive lo cual lo hace sospechar la existencia de 2 nominaciones que en cuba era de uso general y la otra de uso privado
Entre los babalawos , pertenecientes a la aristocracia nobleza de los ogbonis.
Veamos la numeración de doble nominación del 1 al 20 , inclusive ( recuerde que la ( j ) suena y ( suave ).
1- okan, kan, eni
2- eji, meji.....
3- Eeta, méta...
4- Eerin, mérin...
5- Aarun, márun...
6- Eefá, méfá.....
7- Ejé, méjé....
8- Eejó, méjó....
9- Eesán, mésán.
10-Éwá, méwa..
11-Okán’la, móka’la
12-éjilá, méjí’la
13-Eétá’nla, métá’nla
14-Eérín’la,méri’la
15-Eédógùn, méédógùn..
16-Eérin’dí´logùn, meéri’di`logan
17-Eétádilògún
18-Eéjídílògùn
19-Okándílògún
20-Oógún, Okóó
Esa duplicidad numérica UD la observara en el 10, 20, 40, 80, 100.
Desde el 1 al 20 inclusive lo cual lo hace sospechar la existencia de 2 nominaciones que en cuba era de uso general y la otra de uso privado
Entre los babalawos , pertenecientes a la aristocracia nobleza de los ogbonis.
Veamos la numeración de doble nominación del 1 al 20 , inclusive ( recuerde que la ( j ) suena y ( suave ).
1- okan, kan, eni
2- eji, meji.....
3- Eeta, méta...
4- Eerin, mérin...
5- Aarun, márun...
6- Eefá, méfá.....
7- Ejé, méjé....
8- Eejó, méjó....
9- Eesán, mésán.
10-Éwá, méwa..
11-Okán’la, móka’la
12-éjilá, méjí’la
13-Eétá’nla, métá’nla
14-Eérín’la,méri’la
15-Eédógùn, méédógùn..
16-Eérin’dí´logùn, meéri’di`logan
17-Eétádilògún
18-Eéjídílògùn
19-Okándílògún
20-Oógún, Okóó
FORMACIÓN DEL IMPERIO YORUBA DE NIGERIA.
Todo estudio a cerca de las religiones en Nigeria, y desde luego, en África, debe comenzar, por estudiar las religiones de las culturas tradicionales. En general, cada grupo étnico, tenía su propia religión, y aceptaba que los demás grupos étnicos tuvieran la suya. No había “Impulso Misionero” de convertir a los demás. Esto en muchos casos, ha creado una buena base cultural, para el reconocimiento del pluralismo religioso. Por otro lado cada comunidad étnica, vivía en una sociedad integrada, en la que la política, la religión y la vida social, en general, formaban una sola unidad. Esto crea problemas para la sociedad moderna de una nación, muchas religiones, y afecta de muchas maneras, a la relación entre cristianos y musulmanes.
Nigeria, con una población de más de 124 millones de habitantes, es en muchos aspectos, la mayor Nación Africana. Es considerada por la propia Iglesia Católica, como la mayor nación Islámico – Cristiana del Mundo; queriendo decir con ello, que no hay nación en el Mundo, en que convivan estrechamente, tantos cristianos, con tantos musulmanes y tradicionistas.
Históricamente, el Islam llegó a Nigeria, antes que el Cristianismo. Hay testimonios de la presencia Islámica en la región nigeriana de Borne, en época tan temprana como el año 1000 de nuestra era, es decir 400 años después de Mahoma. Desde entonces hasta ahora, el Islam se ha venido propagando, extensamente por el norte y el oeste de Nigeria, mediante la infiltración pacífica, especialmente por la influencia de las clases dominantes.
Durante mucho tiempo, pareció que se tenía en Nigeria, un tipo pacífico de Islam, que sabía vivir en paz, con las religiones tradicionales, y que dejaba intacto el sistema político tradicional de las diferentes tribus. La jihad o “guerra santa” emprendida por Otamán dan fodio, que se extendió hacia el año 1830 por toda Nigeria Septentrional, emprendió una drástica purificación del Islam que había existido hasta entonces. De ese movimiento político social, salió lo que hoy en día, ha dado en llamarse, el “Califato de Sokoto”, con una influencia que sigue siendo muy fuerte hoy día en los Emiratos del norte.
Yorubaland, en el Sur, tiene también una fuerte influencia musulmana, pero ahí el Islam, ha seguido estando integrado en la sociedad tradicional yorùbá, que considera en pie de igualdad a cristianos y musulmanes.
En aquellos tiempos los árabes adoraban ídolos de diferentes especies. Algunos eran de piedra, Hobal era de ágata. Tenían formas humanas, de león o de algún animal. La mayor parte de las tribus llevaron sus ídolos a la Meca y los colocaron en la Kaaba. Dícese que había 360.
Los árabes creían también en un dios superior a los otros que llamaban Alah; pero no le rendían ningún culto. Tenían miedo a los Djinns (genios) seres invisibles que llenaban el desierto, y a los que imaginaban oír gritar. Habían oído hablar de los judíos y a los cristianos del Diablo. Ellos le llamaban Satán, como los judíos Iblis (diablo), como los cristianos. Muchos árabes se habían convertido al judaísmo y al cristianismo; pero la inmensa mayoría conservaba su antigua religión.
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